En la ciudad más cosmopolita del mundo, Fulvio Rossi, actual presidente del Partido Socialista de Chile, junto a Sergio Bitar, del PPD, se sumó a las críticas, plasmadas en una declaración pública, en contra del gobierno de Hugo Chávez, presidente de Venezuela, elaborada en el marco del encuentro de la Internacional Socialista.
De acuerdo a tal documento, la forma de gobierno de Chávez se asemejaría a una “dictadura moderna” o “democradura”, atropellando derechos humanos, encarcelando a disidentes y desviándose del denominado socialismo del siglo 21, entre otra variedad de acusaciones. En algún momento, para refrescar la memoria, Pinochet se refirió a Chile como una “dictablanda”.
Por cierto que El Mercurio, en su editorial de hoy domingo 27 de junio, alabó las palabras de los chilenos en esa jornada neoyorkina, destacando que ambos representantes de la recientemente derrotada Concertación mostraron “signos de modernización política y coherencia política”.
Consultado Bitar –quien ocupó distintos cargos en las administraciones del conglomerado que llevó las riendas del país los últimos 20 años, obteniendo, inclusive, premios de consuelo en forma de un ministerio tras perder la senaduría- expresó que “no podemos diseñar una política sobre la base de la nostalgia de los setenta”.
Lo que no dijo Sergio Bitar, cuya afinidad con sectores derechistas, al formar parte del directorio de fundaciones que llevan la impronta de lo más conservador del país, codo a codo con Agustín Edwards, es que mientras pudo usufructuó de prebendas y abultados sueldos, apoyado en esas nostalgias políticas de las cuales hoy reniega.
Paralelamente con las declaraciones de Rossi, quien lo menos que demuestra es encarnar ese recambio generacional al interior de su partido y más bien se allega al pensamiento socialdemócrata actual en Europa, René Cortázar y Enrique Correa, reconocido “lobbysta”, operador político y académico, se reunían con la oposición venezolana en Santiago, en el marco de las reuniones del Centro de Estudios del Desarrollo, ligado a la Democracia Cristiana.
Si bien es cierto pueden existir críticas fundadas respecto del modo en que el presidente Hugo Chávez maneja las circunstancias políticas de su país, hubiese sido esperable que la Internacional Socialista hubiese puesto énfasis en que el mandatario venezolano ha salido victorioso en 13 elecciones democráticas y un referéndum revocatorio, lo que tanto Rossi como Bitar, Correa y Cortázar no pueden decir respecto de su participación en la política nacional donde ocuparon cargos de alta responsabilidad y resultaron derrotados.
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