En su edición de ayer domingo 23, el diario El Mercurio, abarca 3 temas que, a juicio de cualquier lector desprevenido, no involucra nada de fondo. Pero sí lo hace.
El primero tiene relación con un artículo de opinión firmado por Arturo Squella, joven parlamentario Udi que, un una extensa nota llena de resquicios, ambiguedades y tretas de leguleyo, intenta explicar porqué no todos los chilenos y chilenas que residen en el extranjero deben tener derecho a voto (leer mi artículo al respecto).
El articulista no oculta su desdén por aquellas personas que, siendo nacidas en esta parte del mundo, fueron obligadas por el hambre o la represión a abandonar el terruño.
Fiel a lo planteado por la derecha criolla, el piñerismo y, por cierto, El Mercurio, Squella aporta una serie de rebuscados ejemplos para no otorgar derecho a sufragio a los connacionales que viven fuera del país.
En otra nota breve, Agustín Edwards Eastman, dueño del medio en comento, es presentado como “presidente de la sociedad de criadores de caballos chilenos”, con lo cual no faltan –formalmente- a la verdad, pero sí omiten bastante del currículo de este personaje, como su vinculación con el golpe militar de 1973, sus “trabajitos” –remunerados, por cierto- Para la CIA norteamericana antes y después del golpe, así como su justificación del mismo en el mundo entero.
Por último, se hace mención a un proyecto que liderará Cecilia Morel, esposa del presidente Piñera, y que tiene relación con las orquestas filarmónicas infantiles y juveniles. Tal proyecto tiene sus raíces en la pasión que puso el profesor Jorge Peña Hen, a quien se menciona sólo de paso en el artículo.
Ese maestro, durante el gobierno del Presidente Allende –nótese que el único presidente a quien nombro usando una “P” alta o mayúscula es el doctor Allende- creó escuelas de música para niños y adolescentes, las primeras del país y de sudamérica, y permitió que la cultura recorriera hogares de niños pobres y que éstos salieran al mundo.
El Mercurio no profundiza en que Jorge Peña, a los 45 años de edad, fue sacado violentamente desde su lugar de presidio el 16 de octubre de 1973, cuando se hallaba detenido en el regimiento Arica de La Serena, y fusilado sin motivo ni juicio alguno por quienes integraban la tristemente célebre “Caravana de la muerte”, que dirigía el general Sergio Arellano Stark por órdenes de Augusto Pinochet, otro cobarde que se ocultaba tras las faldas de su mujer o en el hospital militar.
El periplo macabro acabó con la vida de 71 personas en el norte del país, y otras tantas en distintas regiones y ciudades.
El Mercurio calla, omite, miente y tergiversa.
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