miércoles, 29 de diciembre de 2010
Lavín y su proyecto educacional: formar robots funcionales a un sistema cruel
viernes, 17 de diciembre de 2010
133: atrapados por la corrupción
Hasta ahí, formalmente, todo bien. En el fondo, cabría preguntarse lo que asevera el diario de Agustín Edwards, cuando señala que “es el resultado de la revisión extraordinaria de las hojas de vida de todo el personal de la institución ordenada por el general director, Eduardo Gordon, quien informó de la medida a este medio el pasado 12 de junio”.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Carta al Viejito Pascuero (también llamado Papá Noel, Jultomte, Nicolás…)
viernes, 10 de diciembre de 2010
El silencio de los inocentes
En España, fuerzas retrógradas cuyos orígenes se remontan a lo peor del franquismo, han perseguido sin descanso al juez Baltazar Garzón, símbolo de la justicia universal por los derechos humanos. Oscuros poderes a uno y otro lado del charco no podían perdonar que criminales latinoamericanos de uniforme pagaran con cárcel las violaciones perpetradas durante las dictaduras en Chile, Argentina o Uruguay. Tampoco aquellos que reivindican nacionalismos a ultranza, como algunos sectores vinculados a ETA, dejaron pasar la oportunidad, y lanzaron sus dardos en contra del magistrado andaluz. Allí habría que desempolvar las páginas de las “Brigadas Rojas” y el magnicidio, en la década de los años setenta, de Aldo Moro, en Italia, oportunidad en que la mano de la CIA y la inteligencia de Roma estuvo detrás. La infiltración en determinados grupos hizo lo suyo, y el costo lo pagó caro el movimiento obrero europeo.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Fin de la puerta giratoria: bienvenidos al infierno
La partida de un cómplice
martes, 7 de diciembre de 2010
Reflexiones de un adolescente de 60 años
sábado, 4 de diciembre de 2010
Represión en Rapa Nui: ¿Hora de que Hinzpeter renuncie?
viernes, 3 de diciembre de 2010
Caso Saif Khan: Ministro Hinzpeter y altos jefes policiales deben responder ante el país
jueves, 2 de diciembre de 2010
La pena del ciudadano Khan
jueves, 25 de noviembre de 2010
Accidentes carreteros y desidia de las autoridades
jueves, 18 de noviembre de 2010
Matanza de perros abandonados no es la solución
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Amaro Gómez-Pablos y sus descargos últimos
- Amaro Gómez-Pablos B. dice:
3 Noviembre 2010 a las 20:55
Los hechos, Estimado Enrique, no amparan lo que dices y lamento que te hayas colgado de mi persona para un desahogo que me parece más global. A penas se produjo el accidente, efectivamente pregunté por el número de fiscalizadores en la región. Fuimos los primeros en llevar la noticia. Tuvimos la primera entrevista con el encargado de Sernageomín que cerró la mina y sus declaraciones fueron duras ante la reapertura. Después entrevisté al Superintendente de Seguridad de la mina San José… y también fuimos los primeros en acudir y constatar cómo se encontraban los trabajadores de la Empresa en otras faenas con pagos pendientes y condiciones laborales precarias. Viajé a ver el estado en el que trabajan también los pirquineros en la zona no asociados a la Empresa. Incluso vimos aspectos asociados como el problema subsistente con los relaves mineros.
AMARO GÓMEZ-PABLOS Y SUS DESCARGOS POR MI ARTÍCULO
miércoles, 27 de octubre de 2010
¿Energía nuclear en Chile?: un debate necesario
lunes, 25 de octubre de 2010
El presidente Piñera y su escaso bagaje cultural
jueves, 21 de octubre de 2010
MI CARTA A AMARO GÓMEZ-PABLOS
RESPUESTA DE AMARO GÓMEZ-PABLOS A MI ARTÍCULO
Estimado Sr. Enrique:
A usted le llama la atención mi asombro ante la exigencia de cobro por parte de muchos mineros –no todos-, a la hora de hacer declaraciones y me tilda de canalla por lo mismo. Pero lo cierto es que la sorpresa es generalizada y compartida por otros medios con experiencia en catástrofes y respetables, como es el caso de El País (que publica la nota), por citar sólo uno. Si la transacción fuera la tónica cada vez que cubrimos desastres, le aseguro que no tendríamos modo de informar.
Que usted piense que los periodistas somos una camada de depredadores es una caricatura antigua y un argumento que no merece mayor respuesta. Imagino que la razón por la que se animó a estudiar la carrera es la misma que nos motiva al resto: Servicio social. Sólo le pido que recuerde –porque además está grabado-, que los propios familiares de los 33 demandaron nuestra presencia como garantes del rescate. Una manera de mantener presión y sensibilizar a la opinión pública como usted. Y hoy, en el mayor número de casos, le cuento que hay lazos que perduran con periodistas que no fuimos buitres. Le doy otro antecedente: Si optamos por bajar la presión y retirarnos este pasado fin de semana, fue en consideración a la sobreexposición que están padeciendo los mineros. La determinación fue debatida y consensuada el interior de TVN.
Por último, alude usted al terremoto del 27F. Le pido sea fiel a los hechos. Yo no tenía escolta policial al momento del saqueo de varios locales y cuando se produjo el incidente no tildé de ladrón a nadie. La pregunta que hice fue sencilla: “¿Es este un artículo de primera necesidad?” La audiencia sacó sus propias conclusiones que distan mucho del actuar digno que tuvieron otros chilenos en comunas completamente devastadas como Dichato. Esos “otros chilenos”, lejos de las ciudades, que efectivamente lo habían perdido todo no incurrieron en pillaje. Ellos sacaron a relucir la olla común y con su acción solidaria dejaron en evidencia a los oportunistas. Sí, se puede. Se puede ser decente.
Y le recuerdo una cosa: Esa gente en Dichato y tantas otras comunas no cobraron por sus entrevistas. Y su rescate, estará de acuerdo conmigo, está todavía pendiente.
Ojalá podamos debatir sin ser ofensivos o entrar a descalificar.
Lo saluda atentamente,
Amaro.-
lunes, 18 de octubre de 2010
Amaro Gómez-Pablos y el periodismo canalla
Hace algunos años, y mientras me encontraba en el extranjero por un tema laboral, leí en Internet un debate que se gestó en Chile debido a que el periodista Amaro Gómez-Pablos conduciría el noticiero del canal donde trabaja. Entre los distintos argumentos esgrimidos en pro y en contra de tal nominación, hubo algunos que me llamaron la atención, los cuales tenían que ver con su marcado acento español, su escasa relación con nuestro país o bien que había muchos otros profesionales nacionales que debían acceder en forma prioritaria a ese cargo, entre otros factores, pues los connacionales tendrían más derecho a ejercer esas labores.
En la ocasión, participé en el debate apoyando decididamente a Amaro en su condición de periodista, pues las aseveraciones o postulados de algunos de los opinantes me sonaron a xenofobia, chauvinismo, patrioterismo y hasta envidia, y no me arrepiento de haberlo hecho pues también he sufrido en carne propia la discriminación en otras latitudes por mi calidad de extranjero o inmigrante, así como hoy, en Chile, se discrimina negativamente a peruanos, boliviamos o ecuatorianos.
En lo personal, discrepo profundamente de cualquier prejuicio, sea éste racial, de género u opción sexual, nacionalidad, creencias religiosas o de cualquier índole, y respeto a las personas que, indistintamente de su procedencia, postulen a empleos en cualquier lugar del mundo.
Dicho lo anterior, queda claro que si estimé pertinente, en su momento, entregar mi adhesión al periodista de TVN, no tengo anipatía a nadie debido a su acento o color de piel, entre otros factores, sí críticas acerca del desempeño profesional hoy de Amaro Gómez-Pablos y otros profesionales de las comunicaciones, en particular los de televisión.
Saco a colación a Amaro debido a sus declaraciones recientes, donde señala que determinado minero, rescatado desde la faena en Copiapó, habría pretendido cobrar por una entrevista. En ese contexto, Gómez-Pablos expresó “me parece increíble que un hombre que ha vestido el uniforme de nuestro ejército no tenga la decencia de agradecerle al país gratuitamente ante las cámaras todo lo que se ha hecho por ellos”.
Casi con estupor, leí lo expresado por el conductor del noticiaro central del “canal de todos”, el mismo que censura y se autocensura; que omitió, invisibilizó y tergiversó la huelga de hambre de comuneros mapuches al tiempo que difundía profusamente imágenes truculentas de la tragedia minera, haciendo gala de pornografía social al mostrar a las familias de los trabajadores atrapados mientras comían, lloraban, rezaban o iban al baño, pues eso es lo que vende.
Amaro Gómez-Pablos, al igual que una buena parte del periodismo criollo, disfrutó de aquellos detalles que “sazonan” una noticia: el llanto y la emoción fáciles, el hurgar en la vida privada de las familias sin pudor ni rigor periodístico alguno, demostrando que él sí es el “rostro” de la telebasura, del amarillismo, de aquella prensa que tanto daño le hace a tan noble oficio.
El mismo periodista, cuando el terremoto de febrero último devastó algunas ciudades del país, no dudó –custodiado por policías- en delatar en cámara a determinadas personas que aprovecharon la confusión para saquear supermercados. Los mismos supermercados y farmacias o bancos que, a diario, meten la mano en el bolsillo de las personas, en especial las más desvalidas. En esos instantes, de alto rating, Gómez-Pablos jugó el rol del moralista, del policía, y no el que le compete a un periodista.
Duro con los más débiles
En otras ocasiones, tanto Gómez-Pablos como otros periodistas han festinado con la detención de rateros o delicuentes de poca monta, ingresando a sus viviendas junto a fuerzas policiales, sin respeto alguno por la intimidad de esa gente, sean culpables o no, pero jamás le he visto tan adrenalínico cuando de personas influyentes que han cometido delito se trata.
El, así como otros “colegas”, no han vacilado en tratar de “antisociales”, “anarquistas”, “terroristas” o “vándalos” a personas que, integrando movimientos sociales, agrupaciones o colectivos, se han visto involucradas en hechos de violencia, enjuiciándolas “a priori”, sin derecho a defensa pues no cuentan con todo el respaldo comunicacional ni el aparataje del Estado y las policías.
En su crítica a aquél minero que intentó cobrar por una entrevista, hecho por lo demás válido si se considera cuánto dinero han ganado las empresas periodísticas a costa de esa y otrs tragedias, Amaro Gómez-Pablos argumentó que ese trabajador carecía de decencia “más aún cuando había vestido el uniforme militar”. Todavía no entiendo la relación, pues habiendo militares, bomberos, policías, vendedores ambulantes y locutores honestos, también los hay deshonestos, brutales, abusadores y corruptos.Y hasta criminales.
El mismo comunicador social no cuestiona, por ejemplo, el hecho que Cecilia Bolocco o cualquier otro personaje de la farándula exiga 100 o más millones de pesos por una entrevista y/o animar un festival de la canción, o que policías asesinen por la espalda a comuneros mapuches, o que determinados ministros del actual gobierno hayan tenido vinculación con la dictadura cívico-militar.
El caso de los 33 mineros no sólo sirvió al actual inquilino de palacio para elevar su popularidad –si hasta evaluó el descender, disfrazado de minero-rescatista-semidiossalvador- a las profundidades de la mina, sino también para demostrar que la clase de periodismo y periodistas que hoy ejercen en Chile han confundido su rol primario, optando por la vía más fácil, acríticos, serviles al poder de turno, cual meros relacionadores públicos del poder.
Cada vez que gente pobre, sin conexiones y vulnerables se ven involucradas en cualquier hecho que pueda ser noticia, se desata una verdadera cacería a cargo de esa jauría llamada periodistas, cuyo principal objetivo, la mayoría de las veces, es subir el rating, asegurar la pega y obtener sus 15 minutos de fama, y en ese sentido, este conductor de TVN se lleva varios premios.
Cuando se trata de indagar en las redes ocultas del poder, en cubrir situaciones de verdadero interés para crear opinión, debatir o mejorar las condiciones de vida de las personas, a través de la información, esos “rostros” brillan por su ausencia, creando malestar en la comunidad, lo que se ha visto reflejado en más de una agresión a la prensa durante manifestaciones recientes, muy distinto a lo que ocurría hace un par de décadas en Chile, cuando la presencia de quienes ejercíamos el periodismo durante protestas contra un régimen oprobioso, podía significar la diferencia entre la vida y la muerte para quienes resultaban detenidos.
Felizmente, existen medios de comunicación alternativos, tanto en radio como en televisión y periódicos, y siguen incrementándose, para combatir la desinformación del duopolio Mercurio-Copesa; de los canales de televisión y de aquellos que ostentan el título de periodistas pero están dispuestos y disponibles mientras engrosan su billetera.
viernes, 15 de octubre de 2010
Nobleza obliga
Y la alegría llegó, pero no tiene nada que ver con la promesa, en buena parte incumplida, de la Concertación, sino con el rescate de los 33 mineros atrapados en la mina San José y también con el término de la huelga de hambre que protagonizaron comuneros mapuches en distintos penales del país. En el primero de los casos, los ojos de millones de personas tanto en Chile como en el extranjero estuvieron pendientes del desarrollo de los acontecimientos, y muchas lágrimas de felicidad fueron derramadas. En el segundo, solamente quienes estaban directamente involucrados, sus familiares, amigos y gente más comprometida con la causa, experimentaron un alivio y sentimientos encontrados, pues la solución real aún está por llegar, o la alegría definitiva de que se haga justicia.
Como sea, el país dio muestras de responsabilidad ante una tragedia que pudo evitarse, de existir condiciones laborales dignas. Y allí el gobierno, el Congreso Nacional, ministerio del Trabajo, la empresa privada, sindicatos y otras instituciones, tienen mucho que aprender y mejorar.
En los últimos meses, Chile cambió de gobierno, se vio afectado por desastres naturales de envergadura, la huelga de hambre y el caso de Copiapó, y de todos esos episodios, salió airoso. Por un tema coyuntural, fue el primer gobierno de derecha, tras la dictadura, el responsable de hallar soluciones, y lo hizo con decoro.
Desde un principio, tanto el presidente Piñera como su ministro de Minería, Golborne, se impusieron el desafío de rescatar con vida a los trabajadores atrapados a 700 metros de profundidad. Apoyados por empresas privadas y estatales, no escatimaron recursos en ese desafío. La pregunta podría ser si alguno de los gobiernos de la Concertación hubiese actuado con tal prontitud, eficiencia y eficacia, y si determinadas instituciones y la empresa privada hubiesen tenido igual disposición como la tuvo con Piñera.
En ese contexto, cabe recordar que mientras el quinto mayor terremoto registrado en la historia de la humanidad causaba estragos y la presidenta Bachelet se reunía con asesores más cercanos en la Onemi, no llegaron helicópteros, ni los pilotos; tampoco el representante de la Armada de Chile, institución que, además, erró en las informaciones transmitidas respecto del posterior maremoto; ni la empresa privada se puso de inmediato a disposición, más bien bajaron las cortinas precaviendo saqueos y asaltos.
Y como los chilenos siempre vemos bajo el agua, hilamos fino o buscamos la quinta pata del gato debido a que, históricamente, nos hemos sentido engañados por los poderosos, tenemos el derecho de hacernos esa y otras preguntas; de desconfiar.
La Concertación, teniendo las herramientas durante dos décadas, no se esforzó por cambiar la Constitución Política: sólo hubo retoques y maquillajes, y en el caso de los comuneros mapuches, sí aplicó la ley antiterrorista, heredada de la dictadura, y carga en su conciencia con la muerte de Matías Catrileo y Alex Lemún, además de familias completas y activistas encausadas y/o encarceladas.
Uno puede estar de acuerdo o no con el gobierno. Puede haber votado por la colición derrotada en las últimas elecciones o haber anulado el voto, pero no dejar de reconocer que en Chile, si todos nos confabulamos para alcanzar metas positivas, podemos lograrlo. Y no me refiero a la Teletón, cuyo derroche de sentimentalismo y emocionalidad nubla a veces la razón y el juicio acerca del porqué de su existencia, ya que en un país moderno y en una sociedad justa, es responsabilidad del Estado velar por los más débiles, y no de dádivas privadas.
Luego de la catarsis colectiva que involucró a más de mil millones de seres humanos alrededor de todo el planeta gracias a la tecnología que permite una comunicación en tiempo real, debiese venir la pausa reflexiva. Sin embargo, temo que el cálculo erróneo y la sobreexposición mediática son la tentación de muchos asesores de palacio, y del propio presidente, y eso habla mal de quien representa a un país entero más allá de hechos puntuales.
El presidente y varios de sus ministros hicieron bien la pega, de ello no hay duda, y han sabido aprovechar los 15 minutos de fama, pero ésta es efímera y no debe sobrepasar tareas de Estado.
Los mineros rescatados deben simbolizar no sólo la valentía, perseverancia y sentido de unidad en la tragedia, sino que también la dignidad de quienes, con su esfuerzo diario, crean riqueza pero viven en pésimas condiciones, y ese ejemplo puede ser una base, tan sólida como la roca que casi les quita la vida, donde asentar un nuevo trato entre empresarios y trabajadores. Esa oportunidad no debe ser desaprovechada en aras de una farandulización que la televisión chilena bien supo capitalizar, dejando una vez más en claro que el periodismo criollo deja mucho que desear.
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miércoles, 6 de octubre de 2010
Gobierno y fuerzas represivas: colusión ideológica
Conversación ficticia de un país inventado
¡Ringgggggg! (suena el teléfono)
"Jome Senter, buenos días!
"Buenos días, habla Tatín, ¿está el dueño?
"un momento, por favor"
"Aló, Tatín..¿cómo tay, weón, en tu nueva investidura...?
"Bien, poh, weón; chato con esta pega; no era ná tan fácil con guitarra, jajajaj, pero en fin...mira, te llamo primero para agradecer tus lucas en la Teletón, que ayudaron harto, y para hacerte una propuesta. Fíjate que tengo que ver cómo levantamos las casas pa la gallá poh, y se me ocurre que ustedes que siempre me apoyaron, hasta con las pruebas en la Cato, jajajajaj, y pa qué decir durante la campaña, jajaja, pueden recuperar con creces esas lucas. Tengo que proveer a las municipalidades de material de construcción y he pensado que tú y tus socios, o sea, mis socios y amigos también poh, weón, podrían ser proveedores únicos. La idea es que, a través del ministerio del Interior, que dirige mi compadre, poh, contamos con 8 mil millones de pesos pa comprar materiales. Si tu empresa, Isy y Kontrumar, sin previa licitación, sino que por asignación directa, se llevan esa pega, las cajas registradoras de sus boliches no dejarán de hacer kling poh; ¿qué te parece?
"Utas, weón, genial poh..!, pero, no habrá ataos con la oposición, la Contraloría o qué se yo?
"No pasa ná, weón, ¿no ves que tamos todos en la parada...? Además, de qué oposición hablai oh, si hay varios que quieren trabajar con nosotros. Ya tengo a algunos que hasta dirigieron el Metro, TVN y otras empresas, y que no tendrán reparo alguno. De esa forma, ustedes recuperan las luquitas de la campaña, nos metemos en el bolsillo a los pequeños empresarios, las Pymes, Mipymes y ferreterias de barrio poh, y agarramos la tremenda tajada..."
"Utas, genial, poh socio..."! echémosle nomá!"
"Oye, ?podís llamar tú mismo a los muchachos de Isy y Kontrumar?, mira que tengo que ir a hacer la parada en unas ceremonias ahora poh, así me evitai pega..
"Si, poh, sociate, déle nomás. Yo los llamo. ¿y cuánto es por cabeza?
"Poco más de 3 mill millones para cada empresa poh, ¡avíspate!
"Ya, ¡colega!, salúdame a la chichi y los cabros"
¡La homosexualidad tiene cura!...de acuerdo a la Universidad de Los Andes, perteneciente al Opus Dei
Indignación, por decir lo menos, causó entre estudiantes, profesores de la carrera de psicología de la Universidad Arcis y en la comunidad gay en particular, los seminarios respecto de la “cura de la homosexualidad” que se imparten en la Universidad de Los Andes, estrechamente vinculada al Opus Dei y a lo más granado del conservadurismo empresarial criollo.
Según la denuncia estudiantil, “es preocupante que una universidad, como es el caso de Los Andes, amparada en la “libertad de enseñanza” que sostiene el articulo 19 Nº 11 de nuestra Constitución, imparta seminarios sobre la cura de la homosexualidad en pleno siglo 21, cuando, desde el año 1973, la homosexualidad fue eliminada de los manuales diagnósticos y estadísticas de trastornos mentales”.
En una declaración pública, representantes de la carrera de psicología de la Universidad Arcis sostienen que “tenemos conocimiento de ese tipo de “talleres y seminarios”, donde textos tales como “Homosexualidad y esperanza: terapia y curación en la experiencia de un psicólogo" o "Atención pastoral para jóvenes homosexuales", o publicaciones como las del instituto de “Ciencias y familia” de la misma Universidad fueron utilizados”.
“El sostener que la homosexualidad tiene cura es afirmar que ésta constituye una patología, y quienes manifiestan dicha opción, son enfermos. Esto implica una ofensa moral y ética a la dignidad y preferencias que pueda sostener cualquier ser humano. Incluso, plantear esos argumentos, atenta contra los principios constitucionales del país del articulo 19 Nº4: “El respeto y protección a la vida privada y pública y a la honra de la persona y de su familia” y el articulo 19 Nº6 :“La libertad de conciencia”. Articulo 19 Nº7 : “El derecho a la libertad personal”.
“Es insostenible –expresan los denunciantes- todo argumento que se base en la supuesta neutralidad o “asepsia” de la evidencia científica para sostener dichos argumentos. Cuando la evidencia científica, no presupone un mecanismo de producción de conocimiento, fuera de los intereses económicos, institucionales e ideológicos de los sostenedores de dichos estudios. Si la “ciencia” fuera nuestro aval, podríamos darles la razón a los científicos nazis para sostener la superioridad de la “raza Aria” y matar judíos, negros, gitnos y latinos. Por tanto, incluso la ciencia, no puede ser considerados como un marco legítimo de “verdad” o “consenso” fuera del respeto, integridad y dignidad ética de los seres humanos”.
En parte del texto hecho llegar a medios de comunicación de la región y del país –que, obviamente, no ha sido difundido por la mayoría de los diarios, canales de televisión ni radioemisoras - los jóvenes agregan “denunciamos la complicidad y ambigüedad del colegio de psicólogos de Chile frente al tema. El presidente del colegio de Psicólogos –Leonardo Villarroel-, como representante de dicha institución, con un tono de tolerancia y ambigüedad, se limita a valorar positivamente los esfuerzos de la Universidad de los Andes y que estas practicas, sólo se condicen con su adscripción religiosa al Opus Dei, y que no es primera vez que una posición eclesial causa controversia”.
Cambios en la agenda legislativa: la izquierda se queda sin banderas
Paralelamente con el anuncio de la venta de Chilevisión –que reportó a su dueño, el presidente de la República, más de 80 mil millones de pesos, que se suman a los otros miles de millones obtenidos hace algunas semanas con la enajenación de clínicas, empresas y distintas proiedades- Piñera firmó en días pasados tres proyectos de ley que apuntan -según dijo- a incrementar la participación ciudadana y a profundizar la democracia chilena.
La venta del canal de televisión, que por lo demás fue adquirido por Sebastián Piñera en 25 millones de dólares, en 2005, y hoy su precio de venta asciende al mismo monto que involucra el intercambio comercial entre Pamamá y Canadá; es decir, cerca de 140 millones de dólares, encierra clásulas aún desconocidas, pero que llaman la atención hasta de los más ignorantes, ya que al menos parte de la plana mayor de Chilevisión, y por ende cercanos a Piñera, pasará a formar parte de la dirección del nuevo canal. Algo así como cuando el dueño del la empresa le dice a su primogénito: “hijo mío, tú vas a empezar como yo, desde el principio, así es que comenzarás como gerente general de mis empresas”.
Inscripción automática y voto voluntario, derecho a sufragio para chilenos que vivan en el extranjero y modificaciones a la ley electoral para erradicar la arcaica costumbre de separar lugares de votación para hombres y mujeres, cayeron, seguramente, como una bomba en las huestes concertacionistas y del marquismo, autores originales de esa y otras propuestas que quedaron en eso: propuestas; y que sin embargo, el primer gobierno de derecha que ha llegado al poder en forma democrática después de 50 años, logró plasmar en la agenda legislativa, a 60 días de asumir el poder político.
Las banderas de lucha de la izquierda o de su sucesora, las “fuerzas progresistas”, han sido sistemáticamente arrebatadas de manos de los “representantes del pueblo”, fiel al programa de “desalojo” que alguna vez planteó Andrés Allamand.
Si en su anterior versión, la derecha chilena propició el desalojo con la mano del gato, utilizando bien al latifundio, bien al militarismo policial , bien a la Democracia Cristiana, el fenecido Partido Nacional u otras fuerzas, la teoría allamanista rindió sus frutos: hoy es políticamente mal visto tanques en las calles, rectores delegados en las universidades, aplicación de corriente en los testículos y pezones civiles y violación de los derechos humanos avalados por la prensa oficialista, mercurial, Opus Dei y católica.
La derecha local – que en algunos países de Europa se asemeja más a la socialdemocracia y en Chile al fascismo-estalinismo- asesorada por algunos cerebros provenientes de sus universidades privadas y tránsfugas concertacionistas, se dio cuenta que a la izquierda no bastaba con asesinarla; había que vaciarla de contenidos, tal como reemplazan en las vidrieras de Patronato el algodón colombiano por baratijas asiáticas.
Hoy la derrota es una mescolanza entre racional, farandulera, política y económica la que rige: someter al pueblo, a fuerza de matinales, telenovelas, yingos, sueldo bajos y bailes reaeggetoneros, para que esa subversión que alguna vez reunió a cientos de miles en las alamedas de Chile, hoy se multiplique cada fin de mes tratando de repactar la deuda con sus tarjetas de crédito en las multitiendas, farmacias, bancos, financieras y supermercados. Y eso que Wall Mart recién se suma a la oferta.
Acaloradas discusiones y peleas en el congreso, intentan, de alguna forma, justificar el trabajo que muchos parlamentarios de la Concertación no hicieron en su momento, pese a jugosos sueldos, dietas y prebendas, y aunque en ocasiones sí fue el “quórum” el que faltó para aprobar leyes que beneficiaran a la clase trabajadora o al estudiantado, a las etnias que conforman este país o deudores habitacionales, no hubo el coraje suficiente o primaron la negociación, la ingeniería política y el oportunismo.
¿Y el pueblo..?
Al parecer, Piñera sí cuenta con algunos asesores a quienes escucha, y seguramente tanto el presidente así como sus consejeros políticos han sabido rescatar lo mejor de los últimos gobiernos concertacionistas en cuantro a leyes y proyectos, conservando lo medular de las propuestas del conservadurismo, fórmula que podría acarrearle réditos a un Sebastián Piñera que baja en las encuestas y que deberá enfrentar el crudo invierno que se avecina, con lluvia sobre carpas y mediaguas; infraestructura en el suelo e índices de cesantía que preocupan al gobierno y a las personas.
Tampoco se puede ignorar la indiferencia del pueblo, la gente o como quieran llamarle: esa masa gris que, por lo general intuye pero no siempre comprende; que es tanto o más consumista y hedonista que la clase media y alta, aunque se endeude por dos generaciones; que no apaga la telenovela ni el matinal desde que éstas comenzaron a verse en blanco y negro en Chile y que, lo más seguro, continúen viéndolas en algún plasma cuando tengamos televisión digital.
Ese pueblo, salvo las raras excepciones de siempre, no salió a la calle a exigirle a la Concertación los cambios necesarios. Ese pueblo no quemó buses, ni puso bombas molotov, ni se fue a paro general, ni gritó en las calles, en las micros ni en las puertas de los bancos, supermercados y farmacias. Porque esa enorme masa sigue, embelesada y sin dudar, al flautista de Las Condes.
Sólos estudiantes y algunas organizaciones y colectivos, desde hace años, han mantenido una visión más crítica y actuado en consecuencia. El resto está más preocupado hoy que puedan solucionar, en el caso de las miles de familias damnificadas por la reciente catástrofe natural, el tema del techo y el alimento. Otra gran porción de chilenos, chilenas y chilenitos en desarrollo, espera que empiece el campeonato mundial de fútbol para enarbolar la bandera del chauvinismo representado en una balón y un puñado de jugadores, que serán elevados al Olimpo de los héroes o terminarán animando futuras teletones y programas de farándula.
Privatizar hasta que duela...
Privatizar empresas sanitarias y enajenar inmuebles pertenecientes al Estado de Chile, un total de 17 mil entre edificios y terrenos, además de considerar, a mediano plazo, la entrega a capitales foráneos y nacionales empresas estratégicas como Enap, Codelco y Enami, pero no aplicar impuestos a las grandes empresas o incrementar el royalti a la minería, son algunas de las "recomendaciones" que entrega en su página editorial el diario El Mercurio al gobierno de Piñera. Lo anterior, en el marco de la "reconstrucción del país" posterremoto.
Vamos por parte. Es bien sabido que el actual gobierno está integrado por empresarios y sus tentáculos abarcan lo más granado de los dueños de Chile. La mayoría de los ministros, subsecretarios, intendentes y gobernadores, además del presidente, poseen enormes intereses económicos, y es de conocimiento público que la codicia, afán de lucro y sublimación del neoliberalismo está entre las prioridades de sus respectivas agendas. Por esas y otras razones, no sería extraño que el país se convierta en una suerte de sociedad anónima que favorezca determinados intereses.
Cuando se mencionan los "inmuebles enajenables", no se trata de otra cosa que enormes paños de terreno y edificaciones cuyo valor suma muchos millones de dólares, y que seguramente serían adquiridos a precio de huevo por especuladores que, independientemente de como resuelva este gobierno los "problemas de la gente", quienes compren serán aun más ricos.
Aplicar un impuesto o royalti a la minería -en poder de consorcios norteamericanos- no está en carpeta, pues "afectaría nuestra reputación...", según el decano. En este caso, nada de pataletas patrioteras ni defensa de los recursos de todos los chilenos. El capital no tiene patria.
Lo que no es descartable es concesionar hospitales; es decir, la función que debería cumplir el Estado, de velar por una atención primaria de salud digna para la población más vulnerable quedaría en manos de particulares.
El perfil "técnico" de los inquilinos de palacio, en su mayoría ingenieros comerciales de la Universidad Católica, militantes Udi y Rn, salvo una que otra "galleta" de partidos políticos intrascendentes, en aras de una supuesta "diversidad ideológica", será incapaz de resolver necesidades fundamentales de un grueso de los chilenos, pero no dará puntada sin hilo en lo que a negocios y negociados se refiere.
Pinochet, Karadima, el cura Cox y los otros…
Fiel su hábito, el sistema judicial chileno, una parte importante de la clase política, militar, empresarial y eclesiástica, apoyada por el duopolio Mercurio-Copesa, levanta cortinas de humo en torno a escándalos y escandalillos, atropellos a derechos humanos y distintos delitos donde personas de esos entornos se vean involucradas.
En días recientes, un grupo de juristas, técnicos y otros personeros, algunos de los cuales fueron nominados por la propia familia Pinochet-Hiriart, llegó a la conclusión de que al menos 19 millones de dólares del otrora dictador, Augusto Ramón “Daniel López” Pinochet Ugarte no tiene respaldo, justificación ni clara procedencia.
El Mercurio, en una nota pequeña y a propósito mal redactada, dejando al lector con dudas respecto de si Chile le debía a Pinochet esa cantidad o si era al revés, apenas publicó un día el hecho, el que pasó desapercibido para la gran mayoría de los chilenos y chilenas que están más preocupados de las lesiones del “Chupete” Suazo.
En una semana, la fortuna mal habida de Pinochet quedará sepultada bajo pitazos, penalties, goles y fouls, que llenarán de ruido la televisión y radioemisoras; y la tinta de los diarios y revistas se destinará específicamente a ese propósito: Desinformar. Omitir. Acallar. Tergiversar.
Cuando políticos de la Concertación o personas vinculadas a los últimos 4 gobiernos estuvieron implicados en situaciones reñidas con la ley; realizaron estafas o se apropiaron indebidamente de dineros públicos, esos medios de comunicación llenaron páginas y abrieron sus noticiarios con tales faltas o delitos, inculcando en las mentes desprevenidas el gusanito de la duda respecto de quienes les gobernaban, la desconfianza en los “señores políticos” y en la democracia. Piñera, en gran medida, obtuvo su triunfo gracias a esas campañas.
El cura Karadima, pervertido sexual, defendido férreamente por Ossandón, alcalde de Puente Alto; vastos sectores de la UDI y RN, además de empresarios, militares, sacerdotes y la curia de Roma, así como por muchos de sus fieles, todos derechistas, es prácticamente un santo que sufre acusaciones infames pues el diablo metió la cola. Una periodista de El Mercurio –cuyo nombre apenas recuerdo y para el caso da lo mismo- se da el lujo de escribir páginas enteras acerca de la rutina diaria de “ese santo curita en el asilo donde se dedica a la oración”.
Lo que esperan los poderes fácticos, medios de comunicación y muchos en el actual gobierno, es que Karadima, al igual que Pinochet, pasen a mejor vida –o peor, si es que realmente en esa otra vida se pagan los pecados cometidos en esta- sin ser sometidos a juicio, y por ende se dilatan los procesos hasta que la señora muerte haga su pega y la desmemoria el resto.
A diferencia de Cox,el otro cura pederasta, Karadima está demasiado viejo para ser trasladado de diócesis o de país, de modo tal que más de alguien estará elevando oraciones para que deje esta vida terrenal durante el mundial de fútbol, así pasa piolita.
La cuna de Occidente en manos de la banca internacional de y los especuladores
En días recientes, la prensa europea acuñó el término “pigs” (cerdos, en inglés) al referirse a los países anteriormente mencionados (Portugal, Italia/Irlanda y Grecia) y que simbolizan el preludio de una posible debacle económica con fuertes recortes sociales, como es el caso de España, donde el presidente del gobierno, José Luis Rodrígues Zapatero, se atrevió a realizar lo que nunca antes se hizo ni siquiera bajo el mandato del derechista Aznar: rebajar sueldos, congelar pensiones, retirar el apoyo que se otorgaba por nacimiento de hijos y un sinfín de otras medidas que encendieron las alarmas en los sindicatos tras una reunión en el Palacio de la Moncloa, en Madrid.
Pese a la millonaria inyección de Euros que el país helénico obtendrá tanto de la Unión Europea como del Banco Mundial y otras instituciones, para contener una avalancha imparable de quiebras de empresas, fuga de inversiones y de capitales, desempleo y término de redes sociales que protegan a los más desposeídos, el temor amenaza al igual que las cenizas de ese volcán Islandés cuyo nombre es imposible de pronunciar.
Paralelamente con la tragedia griega –país manejado política y económicamente por 3 familias: Papandreou, Karamanlis y Mitsotakis- los europeos del norte, Inglaterra y Alemania incluidas, se habían mostrado reticentes a otorgar ayuda financiera al gobierno de Atenas, habituado a manejar una sociedad clientelista en la cual los detentores del poder se ayudan mutuamente.
Corrupción política y autos de lujo
A decir de un estudioso sueco, que vaticina el fin del paneuropeísmo –y por ende de la moneda única e infinidad de convenios y acuerdos de toda índole- y cuyo punto de partida sería la presente crisis, “en esa sociedad clientelista, los políticos o los partidos compran apoyo a través de prometer a sus clientes devolver favores políticos mediante subsidios, trabajos, nombramientos en cargos públicos o contratos con determinadas empresas, lo cual conlleva a una espiral de corrupción incontenible y difícil de manejar pues está arraigada, inserta, en los genes sociales, políticos y culturales de una nación que formó a la cultura Occidental”.
En ese contexto, y tal como sucede en Chile y muchos otros países latinoamericanos y unos cuantos de Europa, (para no mencionar Africa, donde sistemas políticos corruptos darían material para unos cuantos tratados de como no ejercer el poder) la creación de empleos en el sector público se ha utilizado como una forma de contener el desencanto social. En Grecia, donde los índices de inflación y desempleo superan hoy con creces a los del resto de Europa, dinero hay, aunque en un acotado sector de la sociedad. Claro ejemplo es la cantidad de automóviles de lujo inscritos en los últimos años.
Otra pesada carga es la elusión y evasión de impuestos en Grecia, disfrazada, a veces, de “depreciación acelerada”, y que permite a unos pocos y a empresas locales y extranjeras, enriquecerse sin dejar recursos para mejorar las condiciones de vida de quienes producen esa riqueza: los trabajadores y trabajadoras.
Estudios recientes estiman que, además de la corrupción, la economía subterránea e informal representa el 30 por ciento de toda la economía griega, y el ciudadano de a pie, desde hace décadas, no confía en sus autoridades políticas, lo cual debilita a las instituciones democráticas. Paradojalmente, en la mismísima cuna de ese sistema de gobierno, uno de los mayores legados de esa antigua cultura al resto del mundo.
Xenofobia y racismo
Prácticamente a diario, y desde hace ya varios meses, miles de personas salen a las calles a manifestar su repudio a los responsables de la crisis; y los sindicatos, así como los estudiantes, exigen que la carga de esa crisis debe, al menos, ser compartida por los más ricos.
Economistas con diferentes ópticas y escuelas han señalado que lo que acontece en Grecia ha sido el mejor ejemplo de la peor forma de administrar recursos por parte de un Estado después de la segunda guerra mundial. Ni el “crash” ruso de 1998, o el colapso financiero argentino de 2001, “corralito” incluido, acarrearon tantos efectos negativos, y de no hacerse reformas profundas a la brevedad, es inminente el colapso de una parte del sistema bancario europeo.
La xenofobia (palabra griega que significa temor al extranjero, al afuerino, al extraño) así como el racismo han aumentado notoriamente en casi toda Europa, y en los muros de Berlín, París o Londres los rayados con la palabra “pigs” tienen una doble connotación y se refieren, peyorativamente, tanto a los inmigrantes de países del sur europeo radicados en el norte del viejo Continente como a las debilitadas economías y gobiernos de países del sur.
En Islandia, que también estuvo al borde de la quiebra y obtuvo un salvavidas económico del FMI, la Unión Europea y el Banco Mundial, evitando así que los rusos adquirieran ese territorio haciéndose cargo de la deuda, el gobierno optó por devolver los dineros ahorrados en los bancos en quiebra solamente a sus propios ciudadanos, ignorando a los acreedores de otros países, para enojo de éstos últimos. Luego vino lo del volcán impronunciable y el caos aéreo; y en Reijävikk, capital de Islandia, circulan hoy dos chistes a través de internet, burlándose del resto de Europa:
“Kiss my ash…”.(por lo de ceniza), y también, “mi último deseo es que mis cenizas se esparzan por toda Europa”.
Es de esperar que, en el caso griego, sea más la contaminación cultural, filosófica, política y humanista de los antiguos la que prime por sobre la avaricia y el afán de lucro de quienes tienen a ese bello pueblo al borde del abismo.
El presunto terrorista y gastrónomo: ¿un caso para John Le Carré?
La detención de un joven ciudadano pakistaní en días recientes en Santiago, sospechoso de pertenecer a una red de terroristas de origen islámico y quien, además, habría visitado voluntariamente la embajada de Estados Unidos de Norteamérica para efectuar trámites consulares, donde fue aprehendido, situó a Chile en la mira de millones de personas alrededor del mundo.
A Muhammad Saif Ur Rehman, pese a que no fue sorprendido en nigún tipo de acto que indujera a pensar que planeaba un atentado, se le aplicó inmediatamente la ley antiterrorista, instrumento jurídico que permite a las autoridades locales mantener detenida e incomunicada a cualquier persona por un determinado plazo mientras se indague el caso.
La verdad es que, a juzgar por la rapidez con que el gobierno norteamericano fue informado, tal plazo permitiría a agentes estadounidenses obtener mayores datos acerca del sospechoso y trasladarse a Chile.
Según la policía chilena y guardias de seguridad de la representación diplomática norteamericana, equipos altamente sofisticados instalados en la legación habrían detectado algún tipo de sustancia explosiva tanto en el celular como en las prendas de vestir que Muhammad llevaba consigo el día de su arresto.
En ese contexto, el propio embajador de Pakistán en Chile señaló que “tendría entronces que tratarse del peor terrorista del mundo si acude a una embajada que sabe está muy resguardada llevando consigo algo sospechsoso”.
La verdad es que, en este tipo de situaciones, cabe preguntarse si todo se trata de un malentendido, un error más de las agencias secretas y de seguridad tanto nacionales como internacionales; una forma de encubrir algún otro ilícito cometido en algún lugar o, simplemente, crear un conficto artificial para distraer la atención de la prensa chilena respecto de otros temas muy vigentes pero que periódicos, diarios y canales de televisión no difunden como es debido: el fracaso del gobierno chileno en cuanto al tipo de soluciones ofrecidas a los damnificados por el terremoto de febrero; las acusaciones de abusos sexuales en contra del cura Karadima y otros sacerdotes católicos o el envío de uranio, desde bodegas secretas ubicadas en nuestro pais, al país del Norte.
Lo grave sería –además de comprobarse que, efectivamente el joven estudiante de gastronomía era un terrorista- que Muhammad Saif formara parte de una intriga manejada por hilos invisibles y que, repentinamente, cayese abatido por un rayo, mordido por una araña de rincón o arrollado por un conductor ebrio, de oscuro pasado y que también falleció en el infortunado accidente de tránsito, sin que nadie resultara responsable.
El ciudadano Khan
Aunque el ministerio del Interior, en la persona de Rodrigo Hinzpeter, insiste en que Saif Khan se mantiene bajo sospecha por eventulaes vínculos con grupos o personas que podrían representar un peligro para la sociedad, razón por la cual debiese permanecer detenido mientras dure la investigación en su contra, las acusaciones –con inexistencia de pruebas- se diluyen día a día.
En días recientes, un tribunal desestimó su prisión preventiva, y el joven estudiante, que ya ha debido soportar varios días en prisión luego que de acuerdo a informes policiales y de personal de seguridad de la embajada de Estados Unidos de Norteamérica en Chile, en la ropa y teléfono celular del imputado se hallaran trazas de algún tipo de material explosivo.
Sin embargo, hasta ahora no existe prueba alguna que relacione a Khan con movimientos terroristas, pese a la fijación de Hinzpeter y sus esfuerzos por demostrar responsabilidad de parte del ciudadano extranjero.
Al parecer, el secretario de Estado, en su afán por demostrar eficiencia y cumplir con una de las cacareadas promesas de campaña respecto de la seguridad ciudadana, no quiere dar su brazo a torcer pues ello le significaría un descrédito, lo que redundaría en otro fracaso gubernamental acerca de los nombramientos en puestos clave: un ex embajador, un gobernador y un intendente que han debido dejar sus cargos a poco andar así lo demuestran. Y ya se rumora que la vocera de Palacio, Enna Von Baer, podría ser la siguiente cabeza que comience a rodar desde los peldaños del poder.
Hasta poco antes del triunfo electoral de Piñera, la Concertación fue reiteradamente acusada de improvisar y equivocarse en designaciones de distintas personas en determinados cargos, y el caballito de batalla fue, hasta el cansancio, la seguridad ciudadana, con el eslogan de terminar con la puerta giratoria. Pues bien, tal y como ha sido el errático y confuso comportamienro del ministro Hinzpeter en lo que al ciudadano Khan se refiere, no vaya a ser que pierda el ritmo y la puerta giratoria le golpee de lleno en el rostro.