- Amaro Gómez-Pablos B. dice:
3 Noviembre 2010 a las 20:55
Los hechos, Estimado Enrique, no amparan lo que dices y lamento que te hayas colgado de mi persona para un desahogo que me parece más global. A penas se produjo el accidente, efectivamente pregunté por el número de fiscalizadores en la región. Fuimos los primeros en llevar la noticia. Tuvimos la primera entrevista con el encargado de Sernageomín que cerró la mina y sus declaraciones fueron duras ante la reapertura. Después entrevisté al Superintendente de Seguridad de la mina San José… y también fuimos los primeros en acudir y constatar cómo se encontraban los trabajadores de la Empresa en otras faenas con pagos pendientes y condiciones laborales precarias. Viajé a ver el estado en el que trabajan también los pirquineros en la zona no asociados a la Empresa. Incluso vimos aspectos asociados como el problema subsistente con los relaves mineros.
Todo ese trabajo que te expongo se hizo mientras aún no se daba con los mineros atrapados. Fue el correlato a una historia cargada con justa razón de mucha emotividad pero donde había que cubrir estas otras aristas. Es muy evidente que no viste la cobertura, al menos no en todos esos días, y que resolviste -pluma en mano-, pontificar personalizando además la crítica. Te invito a que pases por el canal para dar amplias muestras de lo que aquí señalo.
No tildes al gremio entero de instrumentos del poder. No pongo en duda ni es mi lugar cuestionar tus credenciales, pero yo también he estado en situaciones difíciles y tristes y he visto periodistas morir en coberturas, algunos fueron amigos personales. Y creeme que cuando se marcha a zonas hostiles, guerras u otras calamidades, no se hace por el dinero ni por la fama u otros afanes. Quienes marchan y hacen su trabajo lo realizan con la esperanza de generar conciencia respecto a los padecimientos que sufren otros y con miras a ojalá procurar un cambio.
Nadie es dueño de la verdad y estoy llano a las críticas, pero ayudaría que fundamentaras lo que sostienes sin elevarte por sobre el resto de tus colegas y menos moralizar al respecto. En general los que trabajamos en prensa tratamos de ser decentes y hacer un buen trabajo.
La invitación a que vengas al canal y veas lo que aquí te expongo es real y no retórica. De ti depende.
Atentamente, Amaro.- - enrique fernández moreno dice:
9 Noviembre 2010 a las 8:50
Estimado Amaro: Antes de responder más detalladamente a tu planteamiento, quiero dejar en claro -como lo hice en la nota que generó este debate, por lo demás necesario- que reaccioné ante una desafortunada frase tuya respecto del minero que quiso cobrar por una entrevista. Reproduzco esa frase tuya: “Me parece increíble que un hombre que ha vestido el uniforme de nuestro ejército no tenga la decencia de agradecerle al país gratuitamente ante las cámaras todo lo que se ha hecho por ellos”. Ese comentario tuyo, Amaro, al cual no has hecho mención en ninguno de tus descargos, fue el que motivó mi artículo, pues no sólo es desatinado considerando la historia reciente de Chile, con crímenes aún no resueltos perpetrados justamente por quienes visten o han vestido ese y otros uniformes. También me parece absolutamente desubicado, pues la tragedia de Copiapó -y muchas otras en el mundo laboral, salmoneras y otros rubros incluídos- pudo haberse evitado de existir condiciones laborales dignas, fiscalización de parte de la autoridad y voluntad de parte importante del empresariado nacional. No me “cuelgo” de tu persona, y aclaré, desde un principio, que mi crítica alude al periodismo canalla, no al periodista canalla, enfatizando que me puse de tu lado en aquella ocasión en que quienes se oponían a que condujeras el noticiario central, debido a tu acento, dejaban entrever rasgos xenófobos en sus comentarios. No pontifico, Amaro, ni menos moralizo; sólo constato un hecho, y es que la televisión en particular apela a la emotividad, a la forma y no al fondo en muchas de sus notas; invisibiliza temas relevantes por razones difíciles de entender para un televidente medianamente informado, como es el caso del joven pakistaní, la reciente huelga legal de trabajadores de Farmacias Ahumada y la prolongada huelga de hambre de comuneros mapuche, entre otros temas, pero sí destaca un sinnúmero de hechos irrelevantes o de menor interés público. Lo anterior ha redundado en una creciente pérdida de credibilidad, único capital del periodista y del medio. Acerca de tu aseveración en que tildo al medio de “instrumentos de poder”, creo debes releer mi artículo original, y subrayo: hay muchos buenos periodistas y pocos medios de comunicación, concentrados en un dupolio innegable, sin considerar que capitales españoles han adquirido radioemisoras en Chile con propósitos claros de defensas corporativas y empresariales. En cuanto a coberturas difíciles, en zonas de conflicto, las conozco muy bien, así como de la pérdida de profesionales cuya capacidad y generosidad humanas se pueden ejemplificar con Pepe Carrasco, Augusto Olivares y tantos otros. Nadie es dueño de la verdad pero tampoco creo en aquella práctica de las dos versiones de un mismo hecho, como equiparar lo señalado por quien torturó o mandó asesinar con lo relatado por las víctimas. Quienes hacemos periodismo alternativo -evidentemente inexistentes para los grandes medios de comunicación pues somos incómodos- intentamos romper el cerco comunicacional de los gobiernos y conglomerados, sin salario, viático ni reconocimiento, pues consideramos que el periodista no es la noticia. En 2001, coincidí en Brasil con Peter Arnett, periodista veterano de muchos conflictos alrededor del mundo y ex rostro de CNN, por lo demás, único reportero que transmitió en directo el ataque de Estados Unidos a Bagdad, quien me comentó con amargura que después de muchos años de trabajo lo habían reemplazado por una modelo lectora de noticias debido a sus atributos físicos, y no a su capacidad, muy similar a lo que sucede hoy en Chile y el mundo. Tu invitación de ir al canal la acepto, si la retribuyes con una visita a los medios “invisibles” existentes en Chile, ojalá en un debate abierto al público, en tu medio y los nuestros. Atentamente, Enrique Fernández Moreno http://cavilacionesyotrasyerbas.blogspot.com/
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