miércoles, 3 de diciembre de 2008

Nacionalismos estúpidos

En andas, cual rockstar caribeño, fue paseado por un cuartel militar de su país el general "Desaire" quien, envalentonado por unas copas de más, sentenció a los chilenos que pisaran su territorio a salir del Perú en cajones de madera o bolsas plásticas, lo que motivó notas de protesta y sendas declaraciones desde el Mapocho al Rímac.En cuestión de días, las palabras del saliente jefe de las fuerzas militares peruanas han concentrado la atención de la siempre amarillenta prensa oficial chilena.
La verdad es que no sólo ese militar ha pronunciado frases para el bronce, cuando de bravatas chovinistas se trata, sino que también algunos ilustres uniformados chilenos han aportado las suyas. Sin ir más lejos, el dictador Pinochet acusó a sus homólogos alemanes de estar invadidos por homosexuales, drogadictos y otros epítetos, y el ya fenecido almirante Merino, también amigo de buenas copas, trató a los bolivianos de auquénidos metamorfoseados.
Lo anterior debiese formar parte de un anecdotario milicoide y no de la agenda gubernamental chilena y peruana, salvo que otros intereses se escondan detrás de tanta declaración de una y otra parte.
En Chile, como es sabido, la Concertación se apresta a sufrir su primera derrota electoral significativa desde que asumió el poder, con un candidato-empresario que repunta en las encuestas y un gobierno débil frente a acusaciones de corrupción, mal manejo de crisis, designaciones políticas en cargos técnicos y una generalizada desconfianza ciudadana hacia la clase política, casta que se ha enriquecido y ha usufructuado del poder casi sin contrapeso, con una prensa vacilante y escasez de una masa crítica con acceso a los medios de comunicación, casi todos en manos de la oposición.
Por tales motivos, no sería absurdo pensar que algún "iluminado" de Palacio propuso la antigua idea de unir al gobierno y al pueblo en torno a valores "patrios", como la defensa de la soberanía -nunca amenazada por el general o el gobierno peruano- y cerrar filas en torno a un objetivo aglutinador tal como suele hacerse durante la Teletón. Es en ese contexto que el desaguisado del militar peruano vino como anillo al dedo al gobierno de Michelle Bachelet y a sus ministros. El gobierno está consciente que más allá de declaraciones la cosa no debiera pasar a mayores, salvo que algún cabeza de pistola, llámese guardia de fronteras o político, encienda una llama difícil de extinguir en un Perú azotado por infinidad de problemas y cuyo presidente, Alan García, no es de los trigos muy limpios. O en un Chile con altas tasas de desempleo y desesperanza, con niveles de inequidad y desigualdad de oportunidades que lo sitúan entre los más injustos del planeta.
Los dichos de Edwin Donayre tienen eco en la prensa chilena pues hilos invisibles manejan las agendas de los medios de comunicación, porque el cordón umbilical entre quienes ostentan el poder económico y político, tanto en Chile como en Perú, así lo necesitan para distraer la atención de los problemas reales de las personas. ¿Quién menciona en Chile, por ejemplo, que los empresarios nacionales, con el aval del gobierno, ofrecen aun en tiempos de "vacas gordas" sueldos miserables a sus empleados? ¿Quién publica los turbios negocios realizados por empresas chilenas en Perú y en Chile, las ganancias millonarias de las transnacionales o las AFP, o la pérdida de recursos naturales codiciadas por inversionistas y especuladores?. Con la respetable excepción de medios independientes y uno u otro reportaje aparecido en el diario La Nación, prácticamente el periodismo nacional no menciona ese tipo de situaciones.
La Concertación está cavando su propia tumba, y lamentablemente no serán sus representantes en el gobierno o el parlamento los más afectados con un cambio de gobierno y la temida crisis que se dejará sentir con fuerza después del verano, sino que el pueblo, aquella masa que creyó en ese grupo de políticos que hoy apelan, como último recurso, a un nacionalismo estúpido, con sabor a añejo.

1 comentario:

Patricio dijo...

Enrique, vivo muchos anios fuera de Chile pro sigo sus acontecimientos de muy cerca, y desde la lejana no puedo decir mas que estoy de acuerdo contigo en la mayoria de tus comentarios.

En referencia a el hecho que l mayoria de la gente mire hacia la derecha en vez de hacia la izquierda para un proximo gobierno, no crees que esto dice que por ejemplo la izquierda del MAS es una izquierda que no ofrece soluciones? que es una izquierda intransigente , dogmatica que repite los mismos conceptos de 30 o 40 anios atraz,y que en el fondo la medicridad de la politica tb se apodero de ellos.