domingo, 7 de diciembre de 2008

¿Encantar al electorado?

A todas luces, la Concertación tiene sus días contados, así como la Democracia Cristiana, otrora uno de los conglomerados políticos más importantes del país. A meses de iniciarse en serio la contienda política que definirá el gobierno que habrá de regir los destinos de Chile por los próximos años, la palabra "encantar" o "reencantar", es utilizada por unos y otros. Sebastián Piñera trata de encantar, pero pueden ser cantos de sirena. Su hermano canta, se levanta tarde, toma whisky y lo pasa bien. Políticos de la Concertación hablan de reencantar a importantes sectores del país que ni siquiera se han inscrito para sufragar; más de 2 millones de personas, muchos de ellos jóvenes. Pero ¿puede reencantar quien no encarna el encanto? Tal vez Piñera, hasta ahora candidato de la oposición, intente encantar a los jóvenes indecisos con promesas variadas. Fiel a su carácter de empresario, tratará de convocar el interés de los miles de chilenos que viven fuera de nuestras fronteras (los mismos que él despreció por años) ofreciéndoles derecho a voto bajo determinadas condiciones y asegurándose que el voto lo depositen en urnas ubicadas en Chile, para lo cual se hará necesario que viajen...en Lan, por cierto.
Insulza tiene poco encanto. El pánzer es un socialista representativo del "aggiornamiento" mundial, del consenso a ultranza, con vínculos arraigados en sectores que han hecho de la política un modo cómodo de vivir. Eduardo Frei, por su parte, la última esperanza DC, o de algunos sectores de ese partido, basa su encanto en el apellido y la dulce fineza de su esposa, Martita, tan dama y compuestita ella, dispuesta a viajar, visitar boutiques de moda en París o Estambul y siempre tan recataday políticamente correcta.
Candidatas mujeres no se ven en el turbulento horizonte de la Concertación. Michelle Bachelet, quien pudo hacer un mejor gobierno de no primar designaciones políticas y criterios cortoplacistas, figurará por muchos años, sino por siempre, como la primera y última mujer que ocupó el sillón en La Moneda. Una lástima, pero no se podía esperar más de quien emergió en la arena política cual figura mediática y, a falta de pan, buenas son las tortas.
En 2009, las huestes de la Udi y Rn se unirán con los desencantados del actual gobierno, sumándose los colorines de Zaldívar, los oportunistas de Schaulsson y los vivarachos de Flores, entre otros, para reponer en los más altos cargos al fantasma del pinochetismo aunque algo desdibujado.
El empresariado nacional se frota las manos. Sabe que la crisis económica mundial llegará pronto a esta larga y angosta faja de tierra, con despidos masivos, lo que facilitará lo que los dueños de Chile denominan "flexibilidad laboral", es decir, más precariedad, menos sindicatos fuertes, urgente necesidad de trabajo, condiciones contractuales de esclavo para los afortunados que tengan una pega y, por cierto, todas las prebendas otorgadas por el presidente-empresario.
Mientras hubo prosperidad, hasta hace algunos meses, la clase empresarial se quejaba de las fluctuaciones del dólar o de las exigencias sindicales. Ha ganado millones de dólares durante la dictadura y con los gobiernos "progresistas" de la Concertación, pero se negó sistemáticamente a mejorar los salarios. Cuando los salmoneros, contaminando lagos y ríos del sur, hinchaban sus bolsas de billetes, a costa muchas veces de vidas humanas debido a la peligrosidad de las faenas, el gobierno se vanagloriaba de la "diversificación de la economía nacional", pero no escuchó el clamor de los afectados. Mientras el cobre iba en alza, inyectando recursos nunca vistos a las arcas fiscales y a las fuerzas armadas -que no han peleado ninguna guerra desde 1879, salvo la guerra sucia en contra de sus ppropios compatriotas dsarmados- la clase política y los más ricos disfrutaron de la bonanza, pero el pueblo seguía aferrado a la esperanza. El día que los estudiantes secundarios, en 2006, salieron de las aulas y convirtieron las calles y plazas en una clase magistral de ciudadanía, ni la clase política, ni el gobierno, ni la mayoría de los alcaldes se hicieron eco de esas demandas, que exigían mejorar la calidad de la educación, equidad, igualdad de oportunidades; por el contrario, mandaron a reprimir a quienes llamaron "pinguinos" y, a los que no pudieron amansar, estigmatizaron o les ofrecieron mesas de trabajo o empleos bien remunerados, hasta sofocar ese único intento de dignidad en años. Lo positivo es que los secundarios encendieron una mecha que difícilmente lograrán apagar, menos aún en tiempos de crisis.
Chile, tal como lo señalé en un artículo anterior, es un país muy injusto con sus ciudadanos, y lo será mientras se mantenga en el poder esa casta de "iluminados" que conforman los poderes fácticos, un empresariado altamente ideologizado, políticos caraduras e indolentes y una masa crítica que apenas despunta en ese amanecer negro que está por venir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno el blog, es decir los artículos que ud. escribe en el blog. Interesantes puntos de vista y entretenida su expresión. Llegue aquí a través de FaceBook y me anima que hallan personas como ud. que opinan sin sesgos. Fascinante perfil; viajar, conocer, comprender, vivir en este mundo lleno de diversidades es lo mejor para convertirse en una persona completa y con buena opinión. Estudio antropología para alguna vez llegar a comprender algo de la naturaleza humana y sus culturas. Saludos desde Arica
Natalia Hidalgo

Sebastián Rivera dijo...

Omar Cabezas, en plena selva nicaragüense, decía que cuando la noche es más oscura... es cuando va a amanecer...