jueves, 4 de diciembre de 2008

Concertación des-Concertada/Gracias Matador

El último mes del año parece ser el de los desembarcos, de los desmarques o, si lo prefiere, de las deserciones. Hoy jueves, el ex presidente de la República, Ricardo Lagos, anunció en conferencia de prensa -que más parecía discurso de fin de año del profesor-jefe a sus alumnos- que no es ni será candidato de la Concertación con miras a las elecciones de 2009. "No soy ni seré candidato...", enfatizó el hombre del dedo contra Pinochet y el dedazo, en la designación de varios caraduras en diferentes cargos públicos durante su gobierno. Las reacciones no se hicieron esperar: Pepedés, Udis, R-enes y demases comenzaron a afinar puntería emitiendo sendas declaraciones; la maquinaria partidaria, de uno y otro lado, inició las vueltas de tuerca necesarias echando un vistazo a la correlación de fuerzas; los pre-candidatos ajustaron sus agendas y borraron la letra Ele entre potenciales contendores, y el empresariado lanzó un suspiro de desaliento pues Lagos terminó su período aplaudido de pie en la cita anual de Enade.
En fin: culmina un año calendario y comienzan a irse connotadas figuras del quehacer nacional y regional.

Se va el general Donayre, en Perú, no sin antes haber saboreado unos ceviches bien picantones, los que digirió con unos piscos amargos, que le provocaron eructos en dirección al sur. Se va el Coto Sierra, dejándonos en la retina algunos goles de excepción y varios fracasos. Se fue Rose, una mujer afroamericana que, hace 40 años, se negó a ceder el asiento del autobús reservado para blancos dando comienzo a la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. Se fue la Miriam Makeba, valiente luchadora anti Apartheid de Sudáfrica, y quien gritó a todo pulmón en el festival de la canción de Viña del Mar, en 1972, "¡Viva el pueblo, viva el Presidente Allende!", llevándose aplausos y rechiflas, y se va el más grande goleador de la Selección Nacional de Fútbol de todos los tiempos: Marcelo Salas Melinao. Al enterarme de la noticia (no la del hombre del dedo, sino la del hombre de los goles) tuve una sensación de que en ese abandonar el campo de juego de Salas se refleja el país que vivimos hoy y la gente que lo compone: a diferencia de Lagos, que se aparta de la política pues sabe que pierde, Salas da un paso al lado luego de entregar todo, de darse cuenta que hay figuras más jóvenes -tal vez nunca tan talentosas- que pueden reemplazarlo. Lagos, al igual que la mayor parte de la clase política chilena, esta suerte de gerontocracia que se aferra al poder desde hace décadas, prefiere ir a la segura, cómodo, sin amenazas visibles, como puede ser un candidato de derecha o la crisis financiera internacional que nos recordará, en pocos meses, que de jaguares tenemos sólo la cola. Marcelo Salas, en su típica humildad de grande, nunca ostentó de lo que tiene ni se paseó por la farándula estúpida que es este país, a diferencia de Zamorano, rey de las camisas de seda y modelos huecas. Enfrentó, tanto en la cancha como en su vida privada, los reveses cual fiel representante de sus apellidos, y no dudó en mandar al carajo a conductoras de televisión que quisieron colgarse de su fama para vender programillas baratos en TVN.
Diciembre nos dejará en algunas semanas y con el personas que habremos de recordar y otros olvidar.
¡Gracias Matador por las alegrías!
¡Gracias Rose y Makeba por dejarnos la luz!
Los demás....el tiempo se encargará de olvidar.

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