miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Energía nuclear en Chile?: un debate necesario

La madrugada del 26 de abril de 1986 marcó un antes y un después en la visión que se tenía de la energía nuclear para fines pacíficos: el reactor ubicado en Chernóbil, al norte de Ucrania, frontera con Bielorusia, sufrió un desperfecto mientras se realizaban tareas de mantenimiento, y una fisura comenzó a expeler una nube tóxica que, en cosa de horas, acabó con la vida de centenares y luego miles de seres humanos. La nube, arrastrada por el viento, inundó campos y valles, no sólo en la ex Unión Soviética, sino también en una buena parte de Europa.
Bajo la lógica de la guerra fría, los mandamases del Kremlin mantuvieron la fuga en secreto por al menos 3 días, pese a que sofisticados aparatos de medición de Occidente ya habían detectado elevados niveles de radiactividad en la zona.
Una vez dada la alerta, el pánico se apoderó de millones de rusos y europeos, y las alarmas se encendieron desde los Urales hasta el Mediterráneo, aunque ya era demasiado tarde: la palabra Chernóbil se asoció con irresponsabilidad, muerte y destrucción, y aún hoy las secuelas se miden en enfermos de cáncer, muertos y ciudades fantasmas.

lunes, 25 de octubre de 2010

El presidente Piñera y su escaso bagaje cultural

En su reciente periplo por algunos países europeos –que quedará en la memoria por el papelito enviado por los mineros que Piñera mostró en cada escala- el presidente hizo gala de un desplante mediático que, en reiteradas oportunidades, le ha jugado malas pasadas, y dejado entrever que el “nuevo estilo de gobernar”, muchas veces lo convierte en el hazmereir de gobiernos y ciudadanos. Además de lo anterior, tanto él como algunos de sus ministros demuestran una retórica populista, vacía de contenidos, pobre en el lenguaje y carente de cultura general, requisitos mínimos para un gobernante o cualquier cargo público relevante
El último chascarro presidencial tuvo lugar en Alemania, cuando Piñera fue invitado a firmar el libro de oro, reservado para visitas ilustres. Junto con estampar un saludo y la rúbrica obligatoria, el jefe del Estado preguntó al embajador chileno en ese país cómo se escribía –en alemán- la tristemente célebre frase “Deutchsland Über Alles” (Alemania por sobro todos) utilizada por la maquinaria de propaganda nazi en el período más oscuro de la historia germana y europea, que es un párrafo del himno nacional de ese país y que aludía a la unión de las ciudades-estado a mediados del siglo 18, prohibida tras el término de la segunda guerra mundial debido a su connotación expansionista.

jueves, 21 de octubre de 2010

MI CARTA A AMARO GÓMEZ-PABLOS

Estimado Amaro:

No se trata tanto de la exigencia de algunos mineros sino que mi crítica apunta más a cómo el periodismo criollo, en general, con honrosas excepciones, faranduliza todo, en especial si de personas vulnerables se trata, en un evidente afán por lograr rating y, por cierto, recaudar dinero, y much@s periodistas se prestan para ello, lo cual amerita recordar que en Chile carecemos de una cláusula de conciencia cuando firmamos contrato con algún medio periodístico. Tal cláusula sí exiuste en muchos otros países. Acerca de tu afirmación de que no podríamos cubir hecho alguno si no pagáramos, no es así, y no debe ser.

RESPUESTA DE AMARO GÓMEZ-PABLOS A MI ARTÍCULO

Estimado Sr. Enrique:

A usted le llama la atención mi asombro ante la exigencia de cobro por parte de muchos mineros –no todos-, a la hora de hacer declaraciones y me tilda de canalla por lo mismo. Pero lo cierto es que la sorpresa es generalizada y compartida por otros medios con experiencia en catástrofes y respetables, como es el caso de El País (que publica la nota), por citar sólo uno. Si la transacción fuera la tónica cada vez que cubrimos desastres, le aseguro que no tendríamos modo de informar.

Que usted piense que los periodistas somos una camada de depredadores es una caricatura antigua y un argumento que no merece mayor respuesta. Imagino que la razón por la que se animó a estudiar la carrera es la misma que nos motiva al resto: Servicio social. Sólo le pido que recuerde –porque además está grabado-, que los propios familiares de los 33 demandaron nuestra presencia como garantes del rescate. Una manera de mantener presión y sensibilizar a la opinión pública como usted. Y hoy, en el mayor número de casos, le cuento que hay lazos que perduran con periodistas que no fuimos buitres. Le doy otro antecedente: Si optamos por bajar la presión y retirarnos este pasado fin de semana, fue en consideración a la sobreexposición que están padeciendo los mineros. La determinación fue debatida y consensuada el interior de TVN.

Por último, alude usted al terremoto del 27F. Le pido sea fiel a los hechos. Yo no tenía escolta policial al momento del saqueo de varios locales y cuando se produjo el incidente no tildé de ladrón a nadie. La pregunta que hice fue sencilla: “¿Es este un artículo de primera necesidad?” La audiencia sacó sus propias conclusiones que distan mucho del actuar digno que tuvieron otros chilenos en comunas completamente devastadas como Dichato. Esos “otros chilenos”, lejos de las ciudades, que efectivamente lo habían perdido todo no incurrieron en pillaje. Ellos sacaron a relucir la olla común y con su acción solidaria dejaron en evidencia a los oportunistas. Sí, se puede. Se puede ser decente.

Y le recuerdo una cosa: Esa gente en Dichato y tantas otras comunas no cobraron por sus entrevistas. Y su rescate, estará de acuerdo conmigo, está todavía pendiente.

Ojalá podamos debatir sin ser ofensivos o entrar a descalificar.

Lo saluda atentamente,

Amaro.-

lunes, 18 de octubre de 2010

Amaro Gómez-Pablos y el periodismo canalla

Hace algunos años, y mientras me encontraba en el extranjero por un tema laboral, leí en Internet un debate que se gestó en Chile debido a que el periodista Amaro Gómez-Pablos conduciría el noticiero del canal donde trabaja. Entre los distintos argumentos esgrimidos en pro y en contra de tal nominación, hubo algunos que me llamaron la atención, los cuales tenían que ver con su marcado acento español, su escasa relación con nuestro país o bien que había muchos otros profesionales nacionales que debían acceder en forma prioritaria a ese cargo, entre otros factores, pues los connacionales tendrían más derecho a ejercer esas labores.

En la ocasión, participé en el debate apoyando decididamente a Amaro en su condición de periodista, pues las aseveraciones o postulados de algunos de los opinantes me sonaron a xenofobia, chauvinismo, patrioterismo y hasta envidia, y no me arrepiento de haberlo hecho pues también he sufrido en carne propia la discriminación en otras latitudes por mi calidad de extranjero o inmigrante, así como hoy, en Chile, se discrimina negativamente a peruanos, boliviamos o ecuatorianos.

En lo personal, discrepo profundamente de cualquier prejuicio, sea éste racial, de género u opción sexual, nacionalidad, creencias religiosas o de cualquier índole, y respeto a las personas que, indistintamente de su procedencia, postulen a empleos en cualquier lugar del mundo.

Dicho lo anterior, queda claro que si estimé pertinente, en su momento, entregar mi adhesión al periodista de TVN, no tengo anipatía a nadie debido a su acento o color de piel, entre otros factores, sí críticas acerca del desempeño profesional hoy de Amaro Gómez-Pablos y otros profesionales de las comunicaciones, en particular los de televisión.

Saco a colación a Amaro debido a sus declaraciones recientes, donde señala que determinado minero, rescatado desde la faena en Copiapó, habría pretendido cobrar por una entrevista. En ese contexto, Gómez-Pablos expresó ‎ “me parece increíble que un hombre que ha vestido el uniforme de nuestro ejército no tenga la decencia de agradecerle al país gratuitamente ante las cámaras todo lo que se ha hecho por ellos”.

Casi con estupor, leí lo expresado por el conductor del noticiaro central del “canal de todos”, el mismo que censura y se autocensura; que omitió, invisibilizó y tergiversó la huelga de hambre de comuneros mapuches al tiempo que difundía profusamente imágenes truculentas de la tragedia minera, haciendo gala de pornografía social al mostrar a las familias de los trabajadores atrapados mientras comían, lloraban, rezaban o iban al baño, pues eso es lo que vende.

Amaro Gómez-Pablos, al igual que una buena parte del periodismo criollo, disfrutó de aquellos detalles que “sazonan” una noticia: el llanto y la emoción fáciles, el hurgar en la vida privada de las familias sin pudor ni rigor periodístico alguno, demostrando que él sí es el “rostro” de la telebasura, del amarillismo, de aquella prensa que tanto daño le hace a tan noble oficio.

El mismo periodista, cuando el terremoto de febrero último devastó algunas ciudades del país, no dudó –custodiado por policías- en delatar en cámara a determinadas personas que aprovecharon la confusión para saquear supermercados. Los mismos supermercados y farmacias o bancos que, a diario, meten la mano en el bolsillo de las personas, en especial las más desvalidas. En esos instantes, de alto rating, Gómez-Pablos jugó el rol del moralista, del policía, y no el que le compete a un periodista.

Duro con los más débiles

En otras ocasiones, tanto Gómez-Pablos como otros periodistas han festinado con la detención de rateros o delicuentes de poca monta, ingresando a sus viviendas junto a fuerzas policiales, sin respeto alguno por la intimidad de esa gente, sean culpables o no, pero jamás le he visto tan adrenalínico cuando de personas influyentes que han cometido delito se trata.

El, así como otros “colegas”, no han vacilado en tratar de “antisociales”, “anarquistas”, “terroristas” o “vándalos” a personas que, integrando movimientos sociales, agrupaciones o colectivos, se han visto involucradas en hechos de violencia, enjuiciándolas “a priori”, sin derecho a defensa pues no cuentan con todo el respaldo comunicacional ni el aparataje del Estado y las policías.

En su crítica a aquél minero que intentó cobrar por una entrevista, hecho por lo demás válido si se considera cuánto dinero han ganado las empresas periodísticas a costa de esa y otrs tragedias, Amaro Gómez-Pablos argumentó que ese trabajador carecía de decencia “más aún cuando había vestido el uniforme militar”. Todavía no entiendo la relación, pues habiendo militares, bomberos, policías, vendedores ambulantes y locutores honestos, también los hay deshonestos, brutales, abusadores y corruptos.Y hasta criminales.

El mismo comunicador social no cuestiona, por ejemplo, el hecho que Cecilia Bolocco o cualquier otro personaje de la farándula exiga 100 o más millones de pesos por una entrevista y/o animar un festival de la canción, o que policías asesinen por la espalda a comuneros mapuches, o que determinados ministros del actual gobierno hayan tenido vinculación con la dictadura cívico-militar.

El caso de los 33 mineros no sólo sirvió al actual inquilino de palacio para elevar su popularidad –si hasta evaluó el descender, disfrazado de minero-rescatista-semidiossalvador- a las profundidades de la mina, sino también para demostrar que la clase de periodismo y periodistas que hoy ejercen en Chile han confundido su rol primario, optando por la vía más fácil, acríticos, serviles al poder de turno, cual meros relacionadores públicos del poder.

Cada vez que gente pobre, sin conexiones y vulnerables se ven involucradas en cualquier hecho que pueda ser noticia, se desata una verdadera cacería a cargo de esa jauría llamada periodistas, cuyo principal objetivo, la mayoría de las veces, es subir el rating, asegurar la pega y obtener sus 15 minutos de fama, y en ese sentido, este conductor de TVN se lleva varios premios.

Cuando se trata de indagar en las redes ocultas del poder, en cubrir situaciones de verdadero interés para crear opinión, debatir o mejorar las condiciones de vida de las personas, a través de la información, esos “rostros” brillan por su ausencia, creando malestar en la comunidad, lo que se ha visto reflejado en más de una agresión a la prensa durante manifestaciones recientes, muy distinto a lo que ocurría hace un par de décadas en Chile, cuando la presencia de quienes ejercíamos el periodismo durante protestas contra un régimen oprobioso, podía significar la diferencia entre la vida y la muerte para quienes resultaban detenidos.

Felizmente, existen medios de comunicación alternativos, tanto en radio como en televisión y periódicos, y siguen incrementándose, para combatir la desinformación del duopolio Mercurio-Copesa; de los canales de televisión y de aquellos que ostentan el título de periodistas pero están dispuestos y disponibles mientras engrosan su billetera.

viernes, 15 de octubre de 2010

Nobleza obliga

Y la alegría llegó, pero no tiene nada que ver con la promesa, en buena parte incumplida, de la Concertación, sino con el rescate de los 33 mineros atrapados en la mina San José y también con el término de la huelga de hambre que protagonizaron comuneros mapuches en distintos penales del país. En el primero de los casos, los ojos de millones de personas tanto en Chile como en el extranjero estuvieron pendientes del desarrollo de los acontecimientos, y muchas lágrimas de felicidad fueron derramadas. En el segundo, solamente quienes estaban directamente involucrados, sus familiares, amigos y gente más comprometida con la causa, experimentaron un alivio y sentimientos encontrados, pues la solución real aún está por llegar, o la alegría definitiva de que se haga justicia.

Como sea, el país dio muestras de responsabilidad ante una tragedia que pudo evitarse, de existir condiciones laborales dignas. Y allí el gobierno, el Congreso Nacional, ministerio del Trabajo, la empresa privada, sindicatos y otras instituciones, tienen mucho que aprender y mejorar.

En los últimos meses, Chile cambió de gobierno, se vio afectado por desastres naturales de envergadura, la huelga de hambre y el caso de Copiapó, y de todos esos episodios, salió airoso. Por un tema coyuntural, fue el primer gobierno de derecha, tras la dictadura, el responsable de hallar soluciones, y lo hizo con decoro.

Desde un principio, tanto el presidente Piñera como su ministro de Minería, Golborne, se impusieron el desafío de rescatar con vida a los trabajadores atrapados a 700 metros de profundidad. Apoyados por empresas privadas y estatales, no escatimaron recursos en ese desafío. La pregunta podría ser si alguno de los gobiernos de la Concertación hubiese actuado con tal prontitud, eficiencia y eficacia, y si determinadas instituciones y la empresa privada hubiesen tenido igual disposición como la tuvo con Piñera.

En ese contexto, cabe recordar que mientras el quinto mayor terremoto registrado en la historia de la humanidad causaba estragos y la presidenta Bachelet se reunía con asesores más cercanos en la Onemi, no llegaron helicópteros, ni los pilotos; tampoco el representante de la Armada de Chile, institución que, además, erró en las informaciones transmitidas respecto del posterior maremoto; ni la empresa privada se puso de inmediato a disposición, más bien bajaron las cortinas precaviendo saqueos y asaltos.

Y como los chilenos siempre vemos bajo el agua, hilamos fino o buscamos la quinta pata del gato debido a que, históricamente, nos hemos sentido engañados por los poderosos, tenemos el derecho de hacernos esa y otras preguntas; de desconfiar.

La Concertación, teniendo las herramientas durante dos décadas, no se esforzó por cambiar la Constitución Política: sólo hubo retoques y maquillajes, y en el caso de los comuneros mapuches, sí aplicó la ley antiterrorista, heredada de la dictadura, y carga en su conciencia con la muerte de Matías Catrileo y Alex Lemún, además de familias completas y activistas encausadas y/o encarceladas.

Uno puede estar de acuerdo o no con el gobierno. Puede haber votado por la colición derrotada en las últimas elecciones o haber anulado el voto, pero no dejar de reconocer que en Chile, si todos nos confabulamos para alcanzar metas positivas, podemos lograrlo. Y no me refiero a la Teletón, cuyo derroche de sentimentalismo y emocionalidad nubla a veces la razón y el juicio acerca del porqué de su existencia, ya que en un país moderno y en una sociedad justa, es responsabilidad del Estado velar por los más débiles, y no de dádivas privadas.

Luego de la catarsis colectiva que involucró a más de mil millones de seres humanos alrededor de todo el planeta gracias a la tecnología que permite una comunicación en tiempo real, debiese venir la pausa reflexiva. Sin embargo, temo que el cálculo erróneo y la sobreexposición mediática son la tentación de muchos asesores de palacio, y del propio presidente, y eso habla mal de quien representa a un país entero más allá de hechos puntuales.

El presidente y varios de sus ministros hicieron bien la pega, de ello no hay duda, y han sabido aprovechar los 15 minutos de fama, pero ésta es efímera y no debe sobrepasar tareas de Estado.

Los mineros rescatados deben simbolizar no sólo la valentía, perseverancia y sentido de unidad en la tragedia, sino que también la dignidad de quienes, con su esfuerzo diario, crean riqueza pero viven en pésimas condiciones, y ese ejemplo puede ser una base, tan sólida como la roca que casi les quita la vida, donde asentar un nuevo trato entre empresarios y trabajadores. Esa oportunidad no debe ser desaprovechada en aras de una farandulización que la televisión chilena bien supo capitalizar, dejando una vez más en claro que el periodismo criollo deja mucho que desear.

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miércoles, 6 de octubre de 2010

Gobierno y fuerzas represivas: colusión ideológica

En un acto sin precedentes de acuerdo a su investidura, Sebastián Piñera visitó el cuartel de fuerzas especiales de carabineros horas antes de conmemorarse el 25 aniversario del asesinato, a manos de ese cuerpo policial, de dos jóvenes hermanos en Villa Francia. En ese lugar, el presidente resaltó el "pleno apoyo y respaldo con que contarán las policías de parte del gobierno".
Ese espaldarazo venía como anillo al dedo a quienes dirigen la represión, pues desde una semana antes de la fecha a conmemorar, patrullas policiales, apoyadas por tanquetas y helicópteros, habían desarrollado acciones tendientes a detectar eventuales protestas, procediendo a detener, fichar y amedrentar a ciudadanos de sectores aledaños al lugar del crimen.
A la noche siguiente, en medio de manifestaciones tanto en Santiago como en otras ciudades, hubo un centenar de detenidos, y los medios de comunicación, adictos a los inquilinos de Palacio, no escatimaron palabras para felicitar "la oportuna acción de fiscalías, vecinos, policías y gobierno", tal como lo señalara tanto la cadena de El Mercurio así como Copesa.
En su editorial, el diario de Agustín recordó que, en 2006, con ocasión de marchas promovidas por escolares y en las que periodistas, reporteros gráficos y manifestantes fueran brutalmente golpeados por efectivos de fuerzas especiales, "lo que le costó el puesto al comandante a cargo de esas fuerzas, razón por la cual carabineros muchas veces no se atrevía a actuar con la debida rapidez cada vez que se producía un ilícito". Lo que El Mercurio, en verdad, quiere decir, es que durante los años en que gobernó la Concertación hubo premeditadamente una suerte de sabotaje institucional a los sucesivos gobiernos de la época para así, conjuntamente con las mismas fuerzas civiles y militares que propiciaron el golpe militar en 1973, justificar una supuesta escalada violentista y respaldar más represión. Lamentablemente, la Concertación al igual que una buena parte de la ciudadanía, bombardeada por las "noticias e informaciones" de los medios de comunicación en manos dela derecha, crearon el fantasma de la inseguridad ciudadana, y hoy vemos con que ganas el actual gobierno declara toque de queda previo a manifestaciones y saca a miles de carabineros a las calles.
Lo acontecido recientemente es una clara muestra de lo que se viene en materia de control ciudadano. La noche y madrugada del 29 de marzo, no solamente policías y militares coparon las ciudades; también fiscales estuvieron en comisarías y cuarteles "para agilizar trámites de detención". Ojalá esos mismos fiscales hubiesen sido tan diligentes en otros casos -y ni siquiera me refiero al período de la dictadura- tales como la desaparición de jóvenes en Alto Hospicio, Iquique, que previo al descubrimiento de la verdad, fueron estigmatizadas como prostitutas o mujeres que hicieron abandono del hogar en forma voluntaria. Tampoco han estado los fiscales en dependencias policiales cuando jóvenes son golpeados por carabineros o mujeres maltratadas por sus esposos, ni cuando curas pederastas han abusado de niños o ni siquiera
A un mes del 1º de Mayo, tradicional fecha de movilizaciones sociales, será un "gallito" interesante, pues lo más probable es que el gobierno, en colusión ideológica con las fuerzas represivas, intente aplastar un malestar social que recién comienza, y que será más violento que cualquier terremoto.

Conversación ficticia de un país inventado

¡Ringgggggg! (suena el teléfono)

"Jome Senter, buenos días!

"Buenos días, habla Tatín, ¿está el dueño?

"un momento, por favor"

"Aló, Tatín..¿cómo tay, weón, en tu nueva investidura...?

"Bien, poh, weón; chato con esta pega; no era ná tan fácil con guitarra, jajajaj, pero en fin...mira, te llamo primero para agradecer tus lucas en la Teletón, que ayudaron harto, y para hacerte una propuesta. Fíjate que tengo que ver cómo levantamos las casas pa la gallá poh, y se me ocurre que ustedes que siempre me apoyaron, hasta con las pruebas en la Cato, jajajajaj, y pa qué decir durante la campaña, jajaja, pueden recuperar con creces esas lucas. Tengo que proveer a las municipalidades de material de construcción y he pensado que tú y tus socios, o sea, mis socios y amigos también poh, weón, podrían ser proveedores únicos. La idea es que, a través del ministerio del Interior, que dirige mi compadre, poh, contamos con 8 mil millones de pesos pa comprar materiales. Si tu empresa, Isy y Kontrumar, sin previa licitación, sino que por asignación directa, se llevan esa pega, las cajas registradoras de sus boliches no dejarán de hacer kling poh; ¿qué te parece?

"Utas, weón, genial poh..!, pero, no habrá ataos con la oposición, la Contraloría o qué se yo?

"No pasa ná, weón, ¿no ves que tamos todos en la parada...? Además, de qué oposición hablai oh, si hay varios que quieren trabajar con nosotros. Ya tengo a algunos que hasta dirigieron el Metro, TVN y otras empresas, y que no tendrán reparo alguno. De esa forma, ustedes recuperan las luquitas de la campaña, nos metemos en el bolsillo a los pequeños empresarios, las Pymes, Mipymes y ferreterias de barrio poh, y agarramos la tremenda tajada..."

"Utas, genial, poh socio..."! echémosle nomá!"

"Oye, ?podís llamar tú mismo a los muchachos de Isy y Kontrumar?, mira que tengo que ir a hacer la parada en unas ceremonias ahora poh, así me evitai pega..

"Si, poh, sociate, déle nomás. Yo los llamo. ¿y cuánto es por cabeza?

"Poco más de 3 mill millones para cada empresa poh, ¡avíspate!

"Ya, ¡colega!, salúdame a la chichi y los cabros"

¡La homosexualidad tiene cura!...de acuerdo a la Universidad de Los Andes, perteneciente al Opus Dei

Indignación, por decir lo menos, causó entre estudiantes, profesores de la carrera de psicología de la Universidad Arcis y en la comunidad gay en particular, los seminarios respecto de la “cura de la homosexualidad” que se imparten en la Universidad de Los Andes, estrechamente vinculada al Opus Dei y a lo más granado del conservadurismo empresarial criollo.

Según la denuncia estudiantil, “es preocupante que una universidad, como es el caso de Los Andes, amparada en la “libertad de enseñanza” que sostiene el articulo 19 Nº 11 de nuestra Constitución, imparta seminarios sobre la cura de la homosexualidad en pleno siglo 21, cuando, desde el año 1973, la homosexualidad fue eliminada de los manuales diagnósticos y estadísticas de trastornos mentales”.

En una declaración pública, representantes de la carrera de psicología de la Universidad Arcis sostienen que “tenemos conocimiento de ese tipo de “talleres y seminarios”, donde textos tales como “Homosexualidad y esperanza: terapia y curación en la experiencia de un psicólogo" o "Atención pastoral para jóvenes homosexuales", o publicaciones como las del instituto de “Ciencias y familia” de la misma Universidad fueron utilizados”.

“El sostener que la homosexualidad tiene cura es afirmar que ésta constituye una patología, y quienes manifiestan dicha opción, son enfermos. Esto implica una ofensa moral y ética a la dignidad y preferencias que pueda sostener cualquier ser humano. Incluso, plantear esos argumentos, atenta contra los principios constitucionales del país del articulo 19 Nº4: “El respeto y protección a la vida privada y pública y a la honra de la persona y de su familia” y el articulo 19 Nº6 :“La libertad de conciencia”. Articulo 19 Nº7 : “El derecho a la libertad personal”.

“Es insostenible –expresan los denunciantes- todo argumento que se base en la supuesta neutralidad o “asepsia” de la evidencia científica para sostener dichos argumentos. Cuando la evidencia científica, no presupone un mecanismo de producción de conocimiento, fuera de los intereses económicos, institucionales e ideológicos de los sostenedores de dichos estudios. Si la “ciencia” fuera nuestro aval, podríamos darles la razón a los científicos nazis para sostener la superioridad de la “raza Aria” y matar judíos, negros, gitnos y latinos. Por tanto, incluso la ciencia, no puede ser considerados como un marco legítimo de “verdad” o “consenso” fuera del respeto, integridad y dignidad ética de los seres humanos”.


En parte del texto hecho llegar a medios de comunicación de la región y del país –que, obviamente, no ha sido difundido por la mayoría de los diarios, canales de televisión ni radioemisoras - los jóvenes agregan “denunciamos la complicidad y ambigüedad del colegio de psicólogos de Chile frente al tema. El presidente del colegio de Psicólogos –Leonardo Villarroel-, como representante de dicha institución, con un tono de tolerancia y ambigüedad, se limita a valorar positivamente los esfuerzos de la Universidad de los Andes y que estas practicas, sólo se condicen con su adscripción religiosa al Opus Dei, y que no es primera vez que una posición eclesial causa controversia”.

Cambios en la agenda legislativa: la izquierda se queda sin banderas

Paralelamente con el anuncio de la venta de Chilevisión –que reportó a su dueño, el presidente de la República, más de 80 mil millones de pesos, que se suman a los otros miles de millones obtenidos hace algunas semanas con la enajenación de clínicas, empresas y distintas proiedades- Piñera firmó en días pasados tres proyectos de ley que apuntan -según dijo- a incrementar la participación ciudadana y a profundizar la democracia chilena.

La venta del canal de televisión, que por lo demás fue adquirido por Sebastián Piñera en 25 millones de dólares, en 2005, y hoy su precio de venta asciende al mismo monto que involucra el intercambio comercial entre Pamamá y Canadá; es decir, cerca de 140 millones de dólares, encierra clásulas aún desconocidas, pero que llaman la atención hasta de los más ignorantes, ya que al menos parte de la plana mayor de Chilevisión, y por ende cercanos a Piñera, pasará a formar parte de la dirección del nuevo canal. Algo así como cuando el dueño del la empresa le dice a su primogénito: “hijo mío, tú vas a empezar como yo, desde el principio, así es que comenzarás como gerente general de mis empresas”.

Inscripción automática y voto voluntario, derecho a sufragio para chilenos que vivan en el extranjero y modificaciones a la ley electoral para erradicar la arcaica costumbre de separar lugares de votación para hombres y mujeres, cayeron, seguramente, como una bomba en las huestes concertacionistas y del marquismo, autores originales de esa y otras propuestas que quedaron en eso: propuestas; y que sin embargo, el primer gobierno de derecha que ha llegado al poder en forma democrática después de 50 años, logró plasmar en la agenda legislativa, a 60 días de asumir el poder político.

Las banderas de lucha de la izquierda o de su sucesora, las “fuerzas progresistas”, han sido sistemáticamente arrebatadas de manos de los “representantes del pueblo”, fiel al programa de “desalojo” que alguna vez planteó Andrés Allamand.

Si en su anterior versión, la derecha chilena propició el desalojo con la mano del gato, utilizando bien al latifundio, bien al militarismo policial , bien a la Democracia Cristiana, el fenecido Partido Nacional u otras fuerzas, la teoría allamanista rindió sus frutos: hoy es políticamente mal visto tanques en las calles, rectores delegados en las universidades, aplicación de corriente en los testículos y pezones civiles y violación de los derechos humanos avalados por la prensa oficialista, mercurial, Opus Dei y católica.

La derecha local – que en algunos países de Europa se asemeja más a la socialdemocracia y en Chile al fascismo-estalinismo- asesorada por algunos cerebros provenientes de sus universidades privadas y tránsfugas concertacionistas, se dio cuenta que a la izquierda no bastaba con asesinarla; había que vaciarla de contenidos, tal como reemplazan en las vidrieras de Patronato el algodón colombiano por baratijas asiáticas.

Hoy la derrota es una mescolanza entre racional, farandulera, política y económica la que rige: someter al pueblo, a fuerza de matinales, telenovelas, yingos, sueldo bajos y bailes reaeggetoneros, para que esa subversión que alguna vez reunió a cientos de miles en las alamedas de Chile, hoy se multiplique cada fin de mes tratando de repactar la deuda con sus tarjetas de crédito en las multitiendas, farmacias, bancos, financieras y supermercados. Y eso que Wall Mart recién se suma a la oferta.

Acaloradas discusiones y peleas en el congreso, intentan, de alguna forma, justificar el trabajo que muchos parlamentarios de la Concertación no hicieron en su momento, pese a jugosos sueldos, dietas y prebendas, y aunque en ocasiones sí fue el “quórum” el que faltó para aprobar leyes que beneficiaran a la clase trabajadora o al estudiantado, a las etnias que conforman este país o deudores habitacionales, no hubo el coraje suficiente o primaron la negociación, la ingeniería política y el oportunismo.

¿Y el pueblo..?

Al parecer, Piñera sí cuenta con algunos asesores a quienes escucha, y seguramente tanto el presidente así como sus consejeros políticos han sabido rescatar lo mejor de los últimos gobiernos concertacionistas en cuantro a leyes y proyectos, conservando lo medular de las propuestas del conservadurismo, fórmula que podría acarrearle réditos a un Sebastián Piñera que baja en las encuestas y que deberá enfrentar el crudo invierno que se avecina, con lluvia sobre carpas y mediaguas; infraestructura en el suelo e índices de cesantía que preocupan al gobierno y a las personas.

Tampoco se puede ignorar la indiferencia del pueblo, la gente o como quieran llamarle: esa masa gris que, por lo general intuye pero no siempre comprende; que es tanto o más consumista y hedonista que la clase media y alta, aunque se endeude por dos generaciones; que no apaga la telenovela ni el matinal desde que éstas comenzaron a verse en blanco y negro en Chile y que, lo más seguro, continúen viéndolas en algún plasma cuando tengamos televisión digital.

Ese pueblo, salvo las raras excepciones de siempre, no salió a la calle a exigirle a la Concertación los cambios necesarios. Ese pueblo no quemó buses, ni puso bombas molotov, ni se fue a paro general, ni gritó en las calles, en las micros ni en las puertas de los bancos, supermercados y farmacias. Porque esa enorme masa sigue, embelesada y sin dudar, al flautista de Las Condes.

Sólos estudiantes y algunas organizaciones y colectivos, desde hace años, han mantenido una visión más crítica y actuado en consecuencia. El resto está más preocupado hoy que puedan solucionar, en el caso de las miles de familias damnificadas por la reciente catástrofe natural, el tema del techo y el alimento. Otra gran porción de chilenos, chilenas y chilenitos en desarrollo, espera que empiece el campeonato mundial de fútbol para enarbolar la bandera del chauvinismo representado en una balón y un puñado de jugadores, que serán elevados al Olimpo de los héroes o terminarán animando futuras teletones y programas de farándula.

Privatizar hasta que duela...

Privatizar empresas sanitarias y enajenar inmuebles pertenecientes al Estado de Chile, un total de 17 mil entre edificios y terrenos, además de considerar, a mediano plazo, la entrega a capitales foráneos y nacionales empresas estratégicas como Enap, Codelco y Enami, pero no aplicar impuestos a las grandes empresas o incrementar el royalti a la minería, son algunas de las "recomendaciones" que entrega en su página editorial el diario El Mercurio al gobierno de Piñera. Lo anterior, en el marco de la "reconstrucción del país" posterremoto.

Vamos por parte. Es bien sabido que el actual gobierno está integrado por empresarios y sus tentáculos abarcan lo más granado de los dueños de Chile. La mayoría de los ministros, subsecretarios, intendentes y gobernadores, además del presidente, poseen enormes intereses económicos, y es de conocimiento público que la codicia, afán de lucro y sublimación del neoliberalismo está entre las prioridades de sus respectivas agendas. Por esas y otras razones, no sería extraño que el país se convierta en una suerte de sociedad anónima que favorezca determinados intereses.

Cuando se mencionan los "inmuebles enajenables", no se trata de otra cosa que enormes paños de terreno y edificaciones cuyo valor suma muchos millones de dólares, y que seguramente serían adquiridos a precio de huevo por especuladores que, independientemente de como resuelva este gobierno los "problemas de la gente", quienes compren serán aun más ricos.

Aplicar un impuesto o royalti a la minería -en poder de consorcios norteamericanos- no está en carpeta, pues "afectaría nuestra reputación...", según el decano. En este caso, nada de pataletas patrioteras ni defensa de los recursos de todos los chilenos. El capital no tiene patria.

Lo que no es descartable es concesionar hospitales; es decir, la función que debería cumplir el Estado, de velar por una atención primaria de salud digna para la población más vulnerable quedaría en manos de particulares.

El perfil "técnico" de los inquilinos de palacio, en su mayoría ingenieros comerciales de la Universidad Católica, militantes Udi y Rn, salvo una que otra "galleta" de partidos políticos intrascendentes, en aras de una supuesta "diversidad ideológica", será incapaz de resolver necesidades fundamentales de un grueso de los chilenos, pero no dará puntada sin hilo en lo que a negocios y negociados se refiere.

Pinochet, Karadima, el cura Cox y los otros…

Fiel su hábito, el sistema judicial chileno, una parte importante de la clase política, militar, empresarial y eclesiástica, apoyada por el duopolio Mercurio-Copesa, levanta cortinas de humo en torno a escándalos y escandalillos, atropellos a derechos humanos y distintos delitos donde personas de esos entornos se vean involucradas.

En días recientes, un grupo de juristas, técnicos y otros personeros, algunos de los cuales fueron nominados por la propia familia Pinochet-Hiriart, llegó a la conclusión de que al menos 19 millones de dólares del otrora dictador, Augusto Ramón “Daniel López” Pinochet Ugarte no tiene respaldo, justificación ni clara procedencia.

El Mercurio, en una nota pequeña y a propósito mal redactada, dejando al lector con dudas respecto de si Chile le debía a Pinochet esa cantidad o si era al revés, apenas publicó un día el hecho, el que pasó desapercibido para la gran mayoría de los chilenos y chilenas que están más preocupados de las lesiones del “Chupete” Suazo.

En una semana, la fortuna mal habida de Pinochet quedará sepultada bajo pitazos, penalties, goles y fouls, que llenarán de ruido la televisión y radioemisoras; y la tinta de los diarios y revistas se destinará específicamente a ese propósito: Desinformar. Omitir. Acallar. Tergiversar.

Cuando políticos de la Concertación o personas vinculadas a los últimos 4 gobiernos estuvieron implicados en situaciones reñidas con la ley; realizaron estafas o se apropiaron indebidamente de dineros públicos, esos medios de comunicación llenaron páginas y abrieron sus noticiarios con tales faltas o delitos, inculcando en las mentes desprevenidas el gusanito de la duda respecto de quienes les gobernaban, la desconfianza en los “señores políticos” y en la democracia. Piñera, en gran medida, obtuvo su triunfo gracias a esas campañas.

El cura Karadima, pervertido sexual, defendido férreamente por Ossandón, alcalde de Puente Alto; vastos sectores de la UDI y RN, además de empresarios, militares, sacerdotes y la curia de Roma, así como por muchos de sus fieles, todos derechistas, es prácticamente un santo que sufre acusaciones infames pues el diablo metió la cola. Una periodista de El Mercurio –cuyo nombre apenas recuerdo y para el caso da lo mismo- se da el lujo de escribir páginas enteras acerca de la rutina diaria de “ese santo curita en el asilo donde se dedica a la oración”.

Lo que esperan los poderes fácticos, medios de comunicación y muchos en el actual gobierno, es que Karadima, al igual que Pinochet, pasen a mejor vida –o peor, si es que realmente en esa otra vida se pagan los pecados cometidos en esta- sin ser sometidos a juicio, y por ende se dilatan los procesos hasta que la señora muerte haga su pega y la desmemoria el resto.

A diferencia de Cox,el otro cura pederasta, Karadima está demasiado viejo para ser trasladado de diócesis o de país, de modo tal que más de alguien estará elevando oraciones para que deje esta vida terrenal durante el mundial de fútbol, así pasa piolita.

La cuna de Occidente en manos de la banca internacional de y los especuladores

La crisis griega, que amenaza con expandirse al resto de Europa, comenzando por España, Portugal, Irlanda e Italia, no solamente ha provocado pánico entre inversionistas, políticos, organizaciones sindicales y empresas, sino también despertado antiguos fantasmas que, de tiempo en tiempo, recorren el viejo Continente: las pugnas entre el norte y el sur y la xenofobia.

En días recientes, la prensa europea acuñó el término “pigs” (cerdos, en inglés) al referirse a los países anteriormente mencionados (Portugal, Italia/Irlanda y Grecia) y que simbolizan el preludio de una posible debacle económica con fuertes recortes sociales, como es el caso de España, donde el presidente del gobierno, José Luis Rodrígues Zapatero, se atrevió a realizar lo que nunca antes se hizo ni siquiera bajo el mandato del derechista Aznar: rebajar sueldos, congelar pensiones, retirar el apoyo que se otorgaba por nacimiento de hijos y un sinfín de otras medidas que encendieron las alarmas en los sindicatos tras una reunión en el Palacio de la Moncloa, en Madrid.

Pese a la millonaria inyección de Euros que el país helénico obtendrá tanto de la Unión Europea como del Banco Mundial y otras instituciones, para contener una avalancha imparable de quiebras de empresas, fuga de inversiones y de capitales, desempleo y término de redes sociales que protegan a los más desposeídos, el temor amenaza al igual que las cenizas de ese volcán Islandés cuyo nombre es imposible de pronunciar.

Paralelamente con la tragedia griega –país manejado política y económicamente por 3 familias: Papandreou, Karamanlis y Mitsotakis- los europeos del norte, Inglaterra y Alemania incluidas, se habían mostrado reticentes a otorgar ayuda financiera al gobierno de Atenas, habituado a manejar una sociedad clientelista en la cual los detentores del poder se ayudan mutuamente.

Corrupción política y autos de lujo

A decir de un estudioso sueco, que vaticina el fin del paneuropeísmo –y por ende de la moneda única e infinidad de convenios y acuerdos de toda índole- y cuyo punto de partida sería la presente crisis, “en esa sociedad clientelista, los políticos o los partidos compran apoyo a través de prometer a sus clientes devolver favores políticos mediante subsidios, trabajos, nombramientos en cargos públicos o contratos con determinadas empresas, lo cual conlleva a una espiral de corrupción incontenible y difícil de manejar pues está arraigada, inserta, en los genes sociales, políticos y culturales de una nación que formó a la cultura Occidental”.

En ese contexto, y tal como sucede en Chile y muchos otros países latinoamericanos y unos cuantos de Europa, (para no mencionar Africa, donde sistemas políticos corruptos darían material para unos cuantos tratados de como no ejercer el poder) la creación de empleos en el sector público se ha utilizado como una forma de contener el desencanto social. En Grecia, donde los índices de inflación y desempleo superan hoy con creces a los del resto de Europa, dinero hay, aunque en un acotado sector de la sociedad. Claro ejemplo es la cantidad de automóviles de lujo inscritos en los últimos años.

Otra pesada carga es la elusión y evasión de impuestos en Grecia, disfrazada, a veces, de “depreciación acelerada”, y que permite a unos pocos y a empresas locales y extranjeras, enriquecerse sin dejar recursos para mejorar las condiciones de vida de quienes producen esa riqueza: los trabajadores y trabajadoras.

Estudios recientes estiman que, además de la corrupción, la economía subterránea e informal representa el 30 por ciento de toda la economía griega, y el ciudadano de a pie, desde hace décadas, no confía en sus autoridades políticas, lo cual debilita a las instituciones democráticas. Paradojalmente, en la mismísima cuna de ese sistema de gobierno, uno de los mayores legados de esa antigua cultura al resto del mundo.

Xenofobia y racismo

Prácticamente a diario, y desde hace ya varios meses, miles de personas salen a las calles a manifestar su repudio a los responsables de la crisis; y los sindicatos, así como los estudiantes, exigen que la carga de esa crisis debe, al menos, ser compartida por los más ricos.

Economistas con diferentes ópticas y escuelas han señalado que lo que acontece en Grecia ha sido el mejor ejemplo de la peor forma de administrar recursos por parte de un Estado después de la segunda guerra mundial. Ni el “crash” ruso de 1998, o el colapso financiero argentino de 2001, “corralito” incluido, acarrearon tantos efectos negativos, y de no hacerse reformas profundas a la brevedad, es inminente el colapso de una parte del sistema bancario europeo.

La xenofobia (palabra griega que significa temor al extranjero, al afuerino, al extraño) así como el racismo han aumentado notoriamente en casi toda Europa, y en los muros de Berlín, París o Londres los rayados con la palabra “pigs” tienen una doble connotación y se refieren, peyorativamente, tanto a los inmigrantes de países del sur europeo radicados en el norte del viejo Continente como a las debilitadas economías y gobiernos de países del sur.

En Islandia, que también estuvo al borde de la quiebra y obtuvo un salvavidas económico del FMI, la Unión Europea y el Banco Mundial, evitando así que los rusos adquirieran ese territorio haciéndose cargo de la deuda, el gobierno optó por devolver los dineros ahorrados en los bancos en quiebra solamente a sus propios ciudadanos, ignorando a los acreedores de otros países, para enojo de éstos últimos. Luego vino lo del volcán impronunciable y el caos aéreo; y en Reijävikk, capital de Islandia, circulan hoy dos chistes a través de internet, burlándose del resto de Europa:

“Kiss my ash…”.(por lo de ceniza), y también, “mi último deseo es que mis cenizas se esparzan por toda Europa”.

Es de esperar que, en el caso griego, sea más la contaminación cultural, filosófica, política y humanista de los antiguos la que prime por sobre la avaricia y el afán de lucro de quienes tienen a ese bello pueblo al borde del abismo.

El presunto terrorista y gastrónomo: ¿un caso para John Le Carré?

La detención de un joven ciudadano pakistaní en días recientes en Santiago, sospechoso de pertenecer a una red de terroristas de origen islámico y quien, además, habría visitado voluntariamente la embajada de Estados Unidos de Norteamérica para efectuar trámites consulares, donde fue aprehendido, situó a Chile en la mira de millones de personas alrededor del mundo.

A Muhammad Saif Ur Rehman, pese a que no fue sorprendido en nigún tipo de acto que indujera a pensar que planeaba un atentado, se le aplicó inmediatamente la ley antiterrorista, instrumento jurídico que permite a las autoridades locales mantener detenida e incomunicada a cualquier persona por un determinado plazo mientras se indague el caso.

La verdad es que, a juzgar por la rapidez con que el gobierno norteamericano fue informado, tal plazo permitiría a agentes estadounidenses obtener mayores datos acerca del sospechoso y trasladarse a Chile.

Según la policía chilena y guardias de seguridad de la representación diplomática norteamericana, equipos altamente sofisticados instalados en la legación habrían detectado algún tipo de sustancia explosiva tanto en el celular como en las prendas de vestir que Muhammad llevaba consigo el día de su arresto.

En ese contexto, el propio embajador de Pakistán en Chile señaló que “tendría entronces que tratarse del peor terrorista del mundo si acude a una embajada que sabe está muy resguardada llevando consigo algo sospechsoso”.

La verdad es que, en este tipo de situaciones, cabe preguntarse si todo se trata de un malentendido, un error más de las agencias secretas y de seguridad tanto nacionales como internacionales; una forma de encubrir algún otro ilícito cometido en algún lugar o, simplemente, crear un conficto artificial para distraer la atención de la prensa chilena respecto de otros temas muy vigentes pero que periódicos, diarios y canales de televisión no difunden como es debido: el fracaso del gobierno chileno en cuanto al tipo de soluciones ofrecidas a los damnificados por el terremoto de febrero; las acusaciones de abusos sexuales en contra del cura Karadima y otros sacerdotes católicos o el envío de uranio, desde bodegas secretas ubicadas en nuestro pais, al país del Norte.

Lo grave sería –además de comprobarse que, efectivamente el joven estudiante de gastronomía era un terrorista- que Muhammad Saif formara parte de una intriga manejada por hilos invisibles y que, repentinamente, cayese abatido por un rayo, mordido por una araña de rincón o arrollado por un conductor ebrio, de oscuro pasado y que también falleció en el infortunado accidente de tránsito, sin que nadie resultara responsable.

El ciudadano Khan

Aunque el ministerio del Interior, en la persona de Rodrigo Hinzpeter, insiste en que Saif Khan se mantiene bajo sospecha por eventulaes vínculos con grupos o personas que podrían representar un peligro para la sociedad, razón por la cual debiese permanecer detenido mientras dure la investigación en su contra, las acusaciones –con inexistencia de pruebas- se diluyen día a día.

En días recientes, un tribunal desestimó su prisión preventiva, y el joven estudiante, que ya ha debido soportar varios días en prisión luego que de acuerdo a informes policiales y de personal de seguridad de la embajada de Estados Unidos de Norteamérica en Chile, en la ropa y teléfono celular del imputado se hallaran trazas de algún tipo de material explosivo.

Sin embargo, hasta ahora no existe prueba alguna que relacione a Khan con movimientos terroristas, pese a la fijación de Hinzpeter y sus esfuerzos por demostrar responsabilidad de parte del ciudadano extranjero.

Al parecer, el secretario de Estado, en su afán por demostrar eficiencia y cumplir con una de las cacareadas promesas de campaña respecto de la seguridad ciudadana, no quiere dar su brazo a torcer pues ello le significaría un descrédito, lo que redundaría en otro fracaso gubernamental acerca de los nombramientos en puestos clave: un ex embajador, un gobernador y un intendente que han debido dejar sus cargos a poco andar así lo demuestran. Y ya se rumora que la vocera de Palacio, Enna Von Baer, podría ser la siguiente cabeza que comience a rodar desde los peldaños del poder.

Hasta poco antes del triunfo electoral de Piñera, la Concertación fue reiteradamente acusada de improvisar y equivocarse en designaciones de distintas personas en determinados cargos, y el caballito de batalla fue, hasta el cansancio, la seguridad ciudadana, con el eslogan de terminar con la puerta giratoria. Pues bien, tal y como ha sido el errático y confuso comportamienro del ministro Hinzpeter en lo que al ciudadano Khan se refiere, no vaya a ser que pierda el ritmo y la puerta giratoria le golpee de lleno en el rostro.

Ministro Hinzpeter arriesga la seguridad del país con el encarcelamiento de joven pakistaní

Desde hace años, Estados Unidos de Norteamérica realiza esfuerzos por adelantarse a hechos que puedan amenazar la integridad de su país, de sus ciudadanos y ciudadanas, empresas y maquinaria de guerra, razón por la cual reorganizó a las agencias de inteligencia –secretas o públicas- e invirtió muchos recursos para mejorar la gestión que responde, prioritariamente, al presidente de esa nación.

Una de las características de ese nuevo tipo de mejoramiento de la seguridad interna/externa es la colaboración estrecha con países considerados “amigos” e infiltración en los “hostiles”. En ese sentido, Chile es un aliado para EE UU desde hace rato, hecho que se vio ratificado con el conflicto de Las Malvinas.

En días recientes, hemos visto cómo esa alianza e intercambio de información funciona: un joven pakistaní es detenido en dependencias de la embajada norteamericana acusado de llevar en sus ropas y teléfono celular restos de algún tipo de explosivo. El ciudadano extranjero –que perfecciona estudios en Chile- es entregado a la policía local y se le aplica la ley antiterrorista chilena y debe permanecer en calidad de detenido e incomunicado durante 5 días en una cárcel de alta seguridad. Una vez cumplido el plazo legal, es dejado en libertad pero con restricciones: no puede abandonar el país.

Algunos días más tarde, Muhammad Saif Ur Rehman es nuevamemte citado ante tribunales para continuar recluido en una cárcel pues, de acuerdo al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, es sospechoso no sólo de intentar algo mientras visitaba la embajada ya mencionada, sino también de mantener contacto con otros jóvenes chilenos sospechosos de haber efectuado atentados explosivos en Santiago. Ninguna de estas acusaciones ha sido probada.

La premura del ministro Hinzpeter, al parecer, tiene que ver más con una obediencia servil a las presiones de Estados Unidos que a la culpabilidad real de Muhammad Saif, pues no se ha logrado confirmar ninguna de las aseveraciones que se le atribuyen. En caso de que éstas se comprobasen, las pruebas deben ser irrefutables.

En ese contexto, creo pertinente que el gobierno y los tribunales de justicia deben resolver a la brevedad ese tema, que no sólo afecta a una familia extranjera sino también pone a Chile en la mira de fundamentalistas reales y peligrosos, pues el razonamiento común de ciertos grupos –no exclusivamente musulmanes- es que si determinado gobierno encarcela o persigue a uno de los suyos, los ciudadanos que eligieron a ese gobierno son igualmente responsables, por lo tanto, sindicados como potenciales enemigos.

Pienso, además, que Hinzpeter busca notoriedad internacional y hacer el papel del “good nigger” con la Casa Blanca, y que está consciente de la injusticia que se está cometiendo, sin evaluar efectos colaterales en nuestra política externa.

Lo que también llama profundamente la atención es el escaso compromiso de parte de organismos de derechos humanos, iglesias, Ong:s, agrupaciones de abogados y la sociedad civil, incluyendo a medios de comunicación, pues solamente un puñado de amigos y cercanos a Muhammad ha intentado apoyarle y reiteran su total inocencia. Chile no debe demostrarse solidario sólo en las catástrofes naturales, sino con más fuerza cuando el derecho individual, ciudadano, es pisoteado.

Cuando Karadima, sacerdote pederasta católico, escuche las “vuvuzelas” el día del juicio final…

Finalmente, el cura Karadima morirá a consecuencia de alguna de las enfermedades que le aquejan sin ser juzgado por los cargos de abusos sexuales reiterados en contra de feligreses, jóvenes con vocación sacerdotal y otras personas, todas menores de edad cuando se cometió el delito y cuyas denuncias, que datan desde 2005 y antes, recién se hacen públicas, develando una verdadera red de protección en torno del sacerdote católico.

Desde parlamentarios de la Udi y Rn, al alcalde de Puente Alto, Ossandón; civiles y militares que acuden a la parroquia donde el presbítero moralizó y sermoneó acerca de los “valores cristianos y la rectitud”, todos, de alguna forma, han servido de encubridores o, al menos, han desestimado las denuncias y fustigado a las víctimas y a los escasos medios de comunicación que se han atrevido a ir un poco más allá e investigado.

En horas recientes, Karadima debía ser interrogado por el fiscal que lleva la causa, hecho que no se concretó en base a resquicios legales que sólo dilatan cada vez más la causa. ¿Recuerda usted el caso Pinochet?

Hace algunos días, Francisco Javier Errázuriz, mandamás de la iglesia católica de Santiago, quien sabía de las denuncias desde hace años y no les otorgó la urgencia requerida, señaló que había enviado los antecedentes a Roma, con miras a un “juicio canónigo”, evitando una crítica mayor al pederasta con sotana. Tal enjuiciamiento podría tardar más de 5 años en trámites.

Chile, lamentablemente, ya ha dado muestras suficientes de tolerancia extrema y desidia con delincuentes de la talla de Pinochet, los curas Cox y Karadima y violadores de derechos humanos, postergando juicios a la espera que el imputado fallezca por causas naturales u otras.

Paralelamente con el frustrado interrogatorio a Karadima –a cargo del fiscal Armendáriz, el mismo que fue sacado del denominado “caso bombas” y del joven pakistaní por tardar más de lo prudente en las indagaciones- algunos ciudadanos, ex estudiantes del Colegio Salesianos denuncian al ex rector de ese establecimiento –también religioso- por acoso sexual, tocaciones indebidas de connotacion sexual y pedofilia, sin que la iglesia haga nada.

La jerarquía eclesiástica, comenzando por el Papa en Roma y sus más cercanos, hacen un flaco favor a su reinado terrenal, ahuyentando a sus fieles, y parecen no temer cuando –por hablar en términos futbolísticos- suenen las “vuvuzelas” el día del juicio final.

Antes de que sea tarde: justicia para el pueblo Mapuche

En 1981, y luego de más de dos meses en huelga de hambre, el joven irlandés Bobby Sands falleció de inanición en la cárcel donde purgaba una condena de 14 años por acusaciones de terrorismo. Semanas antes, había obtenido un cargo parlamentario que jamás pudo ejercer pues las autoridades británicas no le permitieron jurar debido a su condición de preso. La muerte de Sands despertó una ola de protestas internacionales que obligaron a Londres a acceder al petitorio de 5 puntos de quienes realizaban la huelga en cárceles irlandesas, puso en el tapete la situación de Irlanda del Norte y de su brazo armado, el IRA, y dio inicio a una serie de reformas legales que, con el correr de los años, han rendido sus frutos.

Casi tres décadas más tarde, en Chile, comuneros mapuches efectúan una prolongada huelga de hambre reclamando derechos ancestrales. La opinión pública chilena, en general, ha sido manipulada por los gobiernos de la Concertación y, ahora, por el gobierno de Sebastián Piñera, que utiliza a los medios de comunicació para desviar la atención de una realidad que se invisibiliza, pese al inminente riesgo de muerte de algunos de los comuneros cuyo estado de salud está cada vez más debilitado.

Apenas encendemos los televisores, los eternos “matinales” donde se entremezcla farándula, moda, deportes y la vida íntima de cualquier personaje, el torrente “noticioso” oculta una tragedia que, de no adoptarse medidas inmediatas, afectará a todo el país.

Por su parte, los noticiarios destacan el rescate de los mineros atrapados en Copiapó, el juicio contra una mujer que mandó asesinar a su ex pareja, contratando a un sicario, el baile de una perrita chilena en un show en Estados Unidos, o la participación de Piñera en Wall Street, junto a empresarios dueños de las mismas minas que hoy amenazan la vida de trabajadores chilenos y que han usufructuado de las enormes ganancias que ofrecen esos yacimientos.

Sin embargo, no se puede tapar el sol con un dedo. La verdad es que la aplicación de una ley concebida en dictadura, y aplicada tanto en la década de los años 80 como en al menos dos gobiernos concertacionistas, representa fielmente el sentir de quienes se sienten dueños de Chile, tanto políticos como empresarios, que han utilizado a las fuerzas represivas y torcido a su antojo las leyes para apropiarse de tierras en el sur y perseguir a sus legítimos dueños, encarcelándolos, torturándolos y asesinándolos con total impunidad.

Las protestas no se han hecho esperar, pero recién en las últimas semanas forman parte de la pauta noticiosa de los medios de comunicación y motivaron una extensa pero estéril discusión en el Congreso Nacional, todo esto mientras los comuneros se debilitan aún más, pero sólo físicamente, pues su moral permanece tan altiva como hace 500 años.

Es hora de que la ciudadanía organizada actúe. Que ejerza presión y demuestre su rechazo a la ley antiterrorista y su adhesión a la causa del pueblo Mapuche, por la recuperación de su tierra y de su dignidad como Nación, con todo lo que ello implica, para obligar a las autoridades competentes a adoptar medidas de fondo, estructurales y definitivas.

Las horas siguientes, en términos médicos, son vitales para quienes se encuentran en huelga de hambre. No debemos esperar que el ejemplo de Bobby Sands, en la lejana Irlanda, se repita en Chile, pues sus consecuencias políticas, históricas, económicas y sociales causarán más estragos en el alma nacional que la destrucción provocada por el último terremoto. La causa mapuche es la causa de los oprimidos, de los despojados, de quienes han sido ignorados durante siglos, y que hoy nos golpean la conciencia.

Si un sólo comunero fallece durante la huelga de hambre, crecerá un ejército mixto de winkas y Mapuches que hará temblar los cimientos de este país, y a ese ejército adhiero.

Cristo no integra el directorio del Hogar que lleva su nombre

¿Hasta qué punto, instituciones que pretenden moralizar; inculcar principios y valores y hasta meterse en la cama de chilenos y chilenas en lo que a reproducción humana y sexualidad se refiere; que convoca a campañas de donaciones, incluyendo el vuelto en supermercados para financiar sus proyectos, puede adoptar decisiones unilaterales como ofrecer servicios funerarios a un criminal como Paul Schäffer?

El Hogar de Cristo es esa institución, que lisa y llanamente ni siquiera pensó en niños y niñas asesinados, violados, maltratados física y síquicamente, cuando permitió que los restos del ex jerarca de Colonia Dignidad recibieran tales servicios fúnebres.

Recuerdo que, en el caso del tristemente célebre Osvaldo “Guatón” Romo, torturador sicópata que trabajó para las fuerzas represivas de la dictadura, su ataúd permaneció largo rato abandonado en el cementerio general, en Santiago, pues ni los sepultureros querían ayudar a meterlo en la fosa, como una forma de repudio a lo que simbolizaba Romo.

El Hogar de Cristo, dirigido, entre otros, por un cura de apellido Moreira, familiar directo del diputado pinochetista de la UDI Iván Moreira, sí opina en otros ámbitos pero calla respecto de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes alrededor del mundo, Chile incluido.

Si Cristo estuviese vivo, dudo que hubiese permitido que Schäffer fuese velado en la institución que lleva su nombre, como tampoco hubiese permitido que los restos del Presidente Salvador Allende hubiesen estado sepultados, sin velatorio ni servicio alguno de por medio, en el cementerio Santa Inés, en Viña del Mar.

Derecho a voto de chilenos en el extranjero

La agenda legislativa del gobierno incluyó, entre otras propuestas, inscripción automática y voto voluntario, además de derecho a voto para chilenos y chilenas que residan fuera del territorio nacional, tema que con toda seguridad generará un extenso debate tanto a nivel local como entre aquellas personas nacidas en Chile pero que viven en otras latitudes o bien, entre quienes habiendo nacido en otros países se sienten, en parte al menos, chilenos o chilenas.

Porque según lo señalado por el presidente de la República y apoyado fervientemente por la Udi y amplios sectores de la derecha, no todos ameritarían sufragar, desde el exterior, en elecciones nacionales.

El problema radicaría en la “vinculación” que pudiesen tener o no esas personas con Chile. Lo que no se especifica es el tipo de ligazón, y ahí está el nudo.

¿Qué criterios aplicará el gobierno respecto de esos casos?

Ya que estamos ad portas del mundial de fútbol, podríamos deducir que el piñerismo no tendrá dificultad en otorgar la posibilidad del derecho a voto a miles y miles de connacionales que, durante el pasado mundial de fútbol, llenaron de colores y banderas chilenas los estadios donde iba La Roja; o la Sub 20, o la Sub 17. Ciertamente que tanto Sebastián Piñera –que milita, futbolísticamente hablando, tanto en Universidad de Chile como en Colo Colo- así como otros connotados dirigentes de Rn y la Udi, civiles y militares, aplaudieron, con el corazón henchido, la presencia nacional en esas arenas deportivas.

Cuando Francia fue sede del mundial, por las carreteras europeas, desde las nórdicas Suecia y Noruega, o de la soleada Andalucía o el Madrid del Xotis, en los buses repletos de chilenos radicados en algunas de esas ciudades y países, se oían los cehacheiiiiiii con más fuerza que nunca, y los enviados especiales de los canales de televisión celebraban la “marea roja”, y un Carcuro emocionado hablaba de la chilenidad que rebasaba las expectativas, al igual que un Solabarrieta al borde del colapso emocional, y Jorge Hevia, que ayudaba, ora en la cocina, con Coco Pacheco, ora en los comentarios. En castellano nomás, porque las lenguas extranjeras no son su fuerte ni el de varios de sus acompañantes.

Y Don Francisco, tal vez uno de los chilenos que más ha viajado –por trabajo o placer- también destaca desde Miami o Rangoon, Bangkok o Milán, que los chilenos “patiperros” están en cada plaza, calle y barrio del mundo. Esos chilenos y chilenas, si de esos comentaristas, cocineros, animadores, locutores y pintamonos televisivos se tratara, podrían votar; aunque dudo que Pedro Carcuro abra la boca en defensa del derecho a sufragio de esos peloteros internacionales. O Hevia. O Don Francisco, a quien también se le humedecen los ojos cuando recibe las jugosas dádivas de los chilenos-extranjeros para la Teletón.

¿Qué otra manera podría definirse como vinculante?

Cada 18 de septiembre, aunque no es día de fiesta en Roma ni Estocolmo, Mendoza o Sydney, el aire se llena de olor a empanadas y asado, y la Cueca suena a decibeles que, muchas veces, molesta a vecinos y transeúntes, pero allí hay un pedazo de este país, y los suecos o australianos, mendocinos o romanos, baten palmas y participan, y la alegría del momento, así como sus apellidos y hábitos se mezclan con los de los Pérez, los Gonzáles, los Fernández y los Machuca, que visten orgullosos sombreros de huaso e izan la Tricolor. Y así en año nuevo y Navidad, cuando se saturan en Chile las líneas telefónicas, y a las abuelitas se le presentan los primeros balbuceos y “agús” de sus nietos y bisnietos lejanos.

Esos compatriotas, a juicio del chauvinismo criollo, tampoco debiesen estar impedidos de ejercer tan importante derecho, pues comparten lo mejor de nuestra cultura culinaria y social con los ciudadanos del país que les brindó cobijo.

Y si de economía y religión se trata, ya que estamos bajo un gobierno dirigido por ingenieros comerciales, banqueros y empresarios egresados de la Universidad Católica,no debemos dejar de lado que muchos millones de dólares han engrosado las bóvedas de bancos nacionales y bolsillos privados debido a las remesas que, mes a mes, por más de 3 décadas, chilenos que viven en Europa, Asia, Africa, Oceanía o países de América envían a sus familiares en Chile; en tanto que la Europa atea y luterana ha visto incrementada la cuota de fieles católicos y evangélicos gracias al aporte en creyentes de nuestro país.

Cuando Sebastián Piñera, junto a algunos de sus asesores llegó a la conclusión que incluir en la agenda legislativa la posibilidad del derecho a voto para los chilenos “de afuera”, tal vez no imaginó que miles de ellos han visto pasar por su ventana muchos veranos e inviernos; que han sepultado a parientes y amigos bajo la nieve y el frío Escandinavo o el quemante sol de Bucarest o Tel Aviv. Que esos chilenos y chilenas, pese a envejecer lejos del terruño, conservan vívidos aromas, recuerdos y sensaciones; y que muchos, por años también, vivieron con una maleta a medio hacer detrás de la puerta; por si se daba el retorno, hasta que la salud comenzó a flaquear, o los nietos que allí crecían empezaron a dar sus primeros pasos, o la seguridad económica que su propio país les negó, la tenían a vuelta de correo tras años de fregar pisos, lavar platos, cuidar enfermos ajenos o dictar clases en alguna universidad de nombre extraño.

Y están quienes, lisa y llanamente, no podían o no pueden volver: son aquellos que salieron rumbo a un exilio incierto luego del golpe propiciado por la misma mentalidad que hoy pretende estudiar si les confiere la calidad de ciudadanos y ciudadanas para expresar, mediante las urnas, su opinión. Y esos otros que, en años recientes, fueron forzados a optar entre penas de cárcel prolongadas o extrañamiento, y que hoy miran a Chile desde una ventanita en Helsinski o Bruselas, Buenos Aires o Uppsala.

Desde tiempos inmemoriales, el ser humano inventó una manera de humillar, violentar, doblegar el espíritu, hacer invisible a otros seres humanos, a través del ostracismo, que en Argentina y Uruguay es diáspora; en Brasil, saudade –pues así sienten la lejanía- en otros países desarraigo o exilio, y todos quienes lo han vivido saben que es una herida en los más profundo del alma, cuyas huellas jamás se borran.