miércoles, 29 de abril de 2009

Alarma mundial por gripe porcina o como los chanchitos se van al cielo...

Pánico generalizado en distintos países del mundo, alarmantes titulares en los periódicos y cancelación de viajes de un país a otro; animalicidio en Turquía y Egipto ( todos los cerditos se van al cielo...musulmán, supongo, pues están siendo sacrificados); abrupto cese en el flujo de personas que van a México, lugar donde habría aparecido el virus que ya mató algunas personas en al menos 3 países. Esas son las cifras que entregan autoridades, periodistas, políticos y médicos. La gripe porcina es la causante. Una extraña mutación que permite que los seres humanos se contagien entre sí con un simple estornudo, un apretón de manos o un beso. Partidos de fútbol y festivales han sido cancelados, así como espectáculos del más diverso orden y encuentros masivos, incluyendo templos, iglesias y mezquitas. (El virus será ateo, pues impide siquiera buscar la salvación divina a través de la oración).
En fin, ya se habla de una posible pandemia, como las que han azotado, en tiempos pretéritos, a la humanidad: la gripe española, en las postrimerías de la primera guerra mundial, causó más muertes que el propio conflicto bélico. Antes, en la Edad Media, la peste negra. En tiempos más recientes, la influenza asiática y así suma y sigue. (Cabe recordar que la llamada gripe española surgió en los Estados Unidos de Norteamérica, y no en la península Ibérica, pero dadas las condiciones de censura en la prensa de los países involucrados en ese conflicto, no se publicaba nada al respecto, y fueron diarios españoles los primeros en dar a conocer el hecho, que causó 40 millones de muertes en el mundo).
Hoy, con la inmediatez de la televisión e internet, prácticamente todos los países están enterados, en tiempo récord, que una nueva amenaza sanitaria se cierne sobre la especie humana. Sin embargo, más allá de entrar en pánico y seguirle el juego a los grandes laboratorios del mundo, que no son muchos, numéricamente hablando, pero controlan más del 70 por ciento del comercio e intercambio mundial de medicamentos, así como a las farmacias y sus grandes cadenas, dueñas del 80 por ciento de la distribución en Chile -recientemente coludidas para alzar sus precios- sería necesario reorientar la búsqueda del responsable de tanto desmadre, ¡porque no vamos a culpar a ese pobre y feamente bello animalito de hocico rosado de tanto desastre!, cuya cabeza, multiplicada por miles, rueda hoy sobre el polvo que alguna vez pisaron poderosos sultanes y omnipotentes faraones...
Los responsables habría que buscarlos entre quienes detentan el poder económico, político y religioso en Africa; en los colonizadores, entre las trasnacionales y los traficantes de armas, cuyos actos facilitan que un porcentaje mayoritario de africanos deambule hambriento, sin acceso al agua potable tan necesaria para prevenir enfermedades, sin posibilidades de atención médica, con cero acceso a la cultura, la educación, una vida digna.
Africa, cuna del ser humano, al igual que América Latina y sus millones de pobres, serán probablemente las áreas más afectadas debido a ínfimas condiciones sanitarias, y los laboratorios y cadenas farmacéuticas habrán hallado una excelente oportunidad de seguir lucrando sin que nadie diga o haga nada.