domingo, 17 de mayo de 2009

Mario Benedetti ha muerto

Ha muerto Mario Benedetti. El escritor desexiliado, el poeta universal; aquél que nació en Paso de Toros y sintió que Montevideo, Madrid, Lima y París fueron sus ciudades de adopción. Con él, también muere un poco de cada un@ de nosotr@s. Muere mi perdida juventud y ese libro camuflado entre mis ropas que me acompañó al exilio en la noche más negra del Sur de nuestro planeta.
Benedetti estuvo en mis horas clandestinas y calmó el miedo. Su sombra se confundió con la mía en los puntos de encuentro y me ayudó con el amor furtivo y a pensar el mundo de forma distinta. Por razones fortuitas, alguna vez me topé con él en alguna conferencia y, en medio de una entrevista, soltó algunas de esas frases que le hicieron ser quien fue: "¿qué te gustaría comer de tu país que no haya en este"?, por ejemplo.
Lúcido y genial, impetuoso y pensativo, Benedetti marcó a generaciones que se enfrentaron a la brutalidad y al tormento, al destierro, el hambre y el odio, y cultivó siempre la alegría en los momentos peores. Nos hizo soñar que no todo estaba perdido cuando enterrábamos a nuestr@s muert@s y buscábamos a nuestr@s desaparecidas, y opacó la Santa Misa de El Vaticano con su Padre Nuestro Latinoamericano.
Benedetti nos deja sumidos en la tristeza; solos, huérfanos de su presencia, pero resuenan aún sus palabras: "no olvidés"...
¡Un abrazo, hermano!. Que quienes te antecedieron en el último viaje te hagan un espacio en algún café con vista al Sur. porque allí llegaré tarde o temprano y te mostraré aquél libro tuyo que me acompañó toda la vida, para que lo leamos juntos, palabra por palabra, letra a letra, canto a canto, y así no sentirme tan solo como me siento hoy, tan desexiliado como tú te sentiste, aunque un poco más al sur.

viernes, 8 de mayo de 2009

Flores para Piñera

El papelón del senador ex PPD, ex ministro del Presidente Allende, ex "revolucionario" -que basó su tesis de grado, apoyado por un sociólogo, y citando hasta frases del Che Guevara y haciendo referencia al "Hombre Nuevo" en la década de los años 70- hoy aliado con el piñerismo y la derecha chilena, Fernando Flores, refleja el tipo de personalidades con ansias de poder que encierra una buena parte de la clase política nacional, en particular quienes conforman la Alianza. Arrogantes, prepotentes, inescrupulosos e inconsecuentes, son sólo algunas de las características de este tipo de individuos.
Durante una entrevista política de CNN Chile, Flores hizo gala de esas "virtudes", hostigando al periodista con frases casi ofensivas, ninguneando al profesional de la prensa y, por último, convencido de que las cámaras y micrófonos se habían apagado, "huevoneó" al sorprendido entrevistador. Tal situación ya había tenido lugar meses antes con otro periodista, ocasión en que un Flores indignado debido a determinadas preguntas, abandonó el set intespestivamente y en forma agresiva.
Años antes, el hoy candidato Sebastián Piñera, utilizando su dinero, influencia y poder, y usando a un capitán de ejército en servicio activo, a la sazón, adscrito al batallón de inteligencia de esa institución castrense, y a periodistas, planificó una encerrona a Evelyn Matthei, instando a "dejarla en ridículo, como una cabra chica copn pataleta". Fue aquél episodio donde una simple radio Kyoto, que guardaba grabadas las instruciones de Piñera, dio la oportunidad al ahora extinto Ricardo Claro, ex socio del "Tatán", de vengarse de éste por fracasados negocios entre ambos y que permitió a Piñera, de una forma muy poco ética, quedarse con el negocio de las tarjetas de crédito o dinero plástico.
En esa ocasión y por años, las relaciones entre Ricardo Claro, Evelyn Matthei y Sebastián Piñera se enfriaron a tal punto que ni siquiera se dirigían la palabra, salvo que fuera para escupirse odios y resentimientos. Hoy, la blonda parlamentaria, hija, por cierto, de un general que integró la junta militar de Pinochet, sale en defensa de Piñera y le ofrece todo su apoyo para llegar a La Moneda. Claro, en tanto, mientras vivió, intentó perjudicar por cualquier medio a su ex socio, a la vez que comulgaba religosamente los domingos y se decía fiel a las doctrinas del Opus Dei y de lo más rancio del catolicismo y del pinochetismo criollos.
Estas personas -con la excepción lógica del finado- luchan hoy por acceder al gobierno, ofrecen sanación para todos los males del país y pronuncial discursos electoralistas cuyo eje central son la familia, las buenas costumbres, el trabajo honesto y la seguridad ciudadana. También dentro de la lógica piñerista, está el hacer borrón y cuenta nueva en lo que al pasado reciente de Chile se trata. "terminar con la confrontación ideológica que nos dividió entre el Sí y el No", pregona el candidato, como si la historia de la República hubiese empezado allí. Como si los asesinados y torturados, los exiliados y desaparecidos formasen parte de otro Chile, uno que él no conoce, pese a que tanto él mismo como su hermano José y la mayoría de sus partidarios que dirigen los hilos en RN y la UDI, se enriquecieron apoyando a la dictadura. Piñera sostiene que la opción de Flores de apoyarle implica "un acto de libertad", la misma que él y sus secuaces negaron durante 17 años a la mayoría del país.
Tanto Flores como Evelyn Matthei y Piñera, reiteradas veces, han demostrado que no sólo no son confiables, y que el manoseado "sentido de servicio público" que dicen tener, es solamente una frase hueca. Ellos -y ella- más que nadie, son los responsables de situaciones que rayan en la insensibilidad humana, como colarse al funeral de una pobre muchacha asesinada por delincuentes para aparecer en televisión, o justificar la militarización de poblaciones marginales y la estigmatización de jóvenes cuyo mayor delito es haber nacido pobres.
Esas actitudes y yerros, al final, servirán para que caven sus propias tumbas el día de las elecciones, pues las personas no olvidan las bajezas de sus protagonistas, y el matrimonio por conveniencia del candidato y el senador, culminará en un estruendoso fracaso, con ambos como cadáveres políticos.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Pandemia y desconfianza mundial: parece no haber cura

¡Pandemia!
La mera palabra causó estragos en muchos países. Las economías mundiales, ya afectadas por una crisis surgida de la especulación y la avaricia de la banca mundial y empresarios inescrupulosos -algunos de los cuales hoy, en Chile, pretenden ocupar el sillón de La Moneda- acusaron el golpe, y millones de trabajadores y trabajadoras se vieron en la calle, endeudados y con un incierto futuro. México, en donde habría surgido el fenómeno, prácticamente paralizó su vida normal en ciudades sobrepobladas, con cierre de estadios, templos e iglesias, y las mascarillas de protección cubren los rasgos de una raza que desde los tiempos de Hernán Cortés y la Malinche, ha sabido lidiar con todo tipo de fatalidades, a tal punto que la muerte es parte de la vida azteca.
En puertos y aeropuertos, fronteras y límites se refuerza la vigilancia, y miles de turistas son repatriados desde Cancún y otras doradas arenas para huir de una amenaza que, en 3 ocasiones durante el siglo XX, asoló a la humanidad, con millones de pérdidas en vidas humanas.
Los gobiernos adoptan medidas, más o menos tardías, mientras la autoridad sanitaria mundial, la Organización Mundial de la Salud, eleva a cinco el nivel de alerta. Esta misma entidad entrega recomendaciones básicas para evitar una propagación del contagio que, según un médico-parlamentario chileno, podría matar a 100 mil compatriotas en los próximos meses. Entre esos consejos, huir de besos y abrazos, contacto físico y cercanía, serían factores clave para no sucumbir a la ex gripe porcina, hoy rebautizada como AH1N1, para no complicar la industria cárnea. Al parecer, además de dejar abruptamente esta vida debido a un microscópico enemigo, lo haremos tanto o más solos de como vinimos al mundo: sin besos, caricias o abrazos.
Mientras manoseadas profecías apocalípticas parecen materializarse apenas despunta la primera década del nuevo siglo, dueños de laboratorios y cadenas farmacéuticas se frotan las manos -con alcohol desinfectante, por cierto- dado el notorio incremento en las ventas de antivirales, guantes y otras pócima salvadoras, las que, no obstante, no curan uno de los efectos colaterales de esta desgracia humana: la desconfianza planetaria en contra de gobiernos, instituciones y autoridades es tan alarmante como la pandemia misma, pues ya surgen voces y se elevan protestas, a la vez que se barajan todo tipo de hipótesis acerca del origen de tan temida patología, y dedos acusadores apuntan a experimentos bacteriológicos en secretas instalaciones militares coludidas con gobiernos y laboratorios; trasnacionales que siembran semillas transgénicas por doquier y la concreción de un gobierno mundial que borre de la faz de la tierra aspiraciones legítimas de la sociedad civil que aboga por un mundo a escala humana, en donde la tolerancia, el respeto, la diversidad y el derecho a la autodeterminación de los pueblos reemplacen el lucro, el consumismo y el neoliberalismo, causantes de tantas tragedias.

martes, 5 de mayo de 2009

Racismo y desempleo en Europa: la cara fea en el viejo continente

Durante años, a muchos en Chile les gustaba que les llamaran los "ingleses de América", como si ello fuese un título honorífico, un reconocimiento a una identidad no mestiza, más bien anglosajona; culta, educada, comedida y altamente segmentada en clase sociales, alcurnia y vinosos apellidos. Con el pasar de los años, y al darnos cuenta que no éramos ni eso ni jaguares, término acuñado en relación a los años de crecimiento macroeconómico, y con el auge de movimientos sociales organizados que comenzaron a exigir sus derechos, impulsados, en parte, por jóvenes estudiantes, trabajadores subcontratistas, pescadores artesanales y otros gremios, nos enteramos que la etnia Mapuche también formaba parte de nuestra raiz e idiosincracia, y otros grupos pujaban por reclamar lo suyo. Paralelamente con lo anterior, en Bolivia, una nueva Constitución Política reconocía derechos ancestrales de pueblos originarios; en Venezuela se hablaba del espíritu Bolivariano, en Paraguay y Ecuador, además de Brasil y Uruguay, se perfilaban gobiernos que, en mayor o menor medida, abogaban por la defensa de sus respectivas culturas, derecho a sus recursos naturales y profundización de incipientes democracias.
En tanto, en Chile, un dictador como salido de una novela de García Márquez aguardaba la muerte oculto en el hospital militar, lejos del largo brazo de la justicia y con cada vez menos visitas de parte de aquellos civiles que se enriquecieron durante su mandato. América Latina enfilaba hacia nuevos rumbos, y el rostro de la añosa Europa se torcía en una mueca feroz que tantas otras veces hemos visto: el histórico racismo blanco se vestía de partidos políticos, gobiernos e instituciones en la misma medida que frágiles embarcaciones repletas de hambrientos, venidos principalmente de Africa, arribaban a las costas italianas y españolas en busca de las migajas que despreciaba la sociedad de bienestar del otro lado del Atlántico, el "charco", como le llaman los ibéricos.
Hoy, con una crisis financiera internacional, millones de desempleados en el viejo continente, la amenaza de una crisis sanitaria absolutamente exagerada y el temor de empresas trasnacionales con oficinas centrales en Berlín, Madrid o París, de perder sus inversiones en América Latina, Asia y Africa, la xenofobia apunta sus dardos a los inmigrantes, muchos de ellos chilenos que, indocumentados o no, deambulan en esos países en busca de vivienda, empleo, educación y una mejor calidad de vida. En Italia, Berlusconi niega la nacionalidad a personas nacidas en su territorio pero de origen árabe, africano o latino; en la educada Inglaterra, movimientos de trabajadores y sindicatos claman por el derecho al trabajo para los ingleses, en la ex Unión Soviética, símbolo de la solidaridad internacional del proletariado mundial, los neonazis realizan barridas causando muerte y destrucción en barriadas habitadas por extranjeros e inmigrantes y, en Austria y Suiza, íconos de la tolerancia, neutralidad, bienestar económico y paz social, amén de abultadas cuentas bancarias de dudoso origen, los ultranacionalistas ganan terreno después de medio siglo de inexistencia pública.
Europa para los europeos....blancos, parece ser la consigna, y patrullas policiales cazan "sin papeles" en calles, bares y estaciones de Metro, muchos de los cuales son internados por meses en campamentos con resguardo militar previo a su expulsión o repatriación.
Este fenómeno, cuyos alcances aún no se dimensionan en Chile y otros países, tendrá efectos violentos en sociedades europeas habituadas por décadas a la tranquilidad económica y, por ende, social, pues sus comunidades culpan de tanta desgracia a quienes ven como intrusos: los inmigrantes.
En los próximos años, Europa demostrará que así como lo fue en épocas pretéritas, sus democracias se sustentan en la estabilidad económica, priorizando ésta a la igualdad, fraternidad y solidaridad de que tanto se ufanan.
La diferencia está en que la masa inmigrante en ese continente es cada vez más poderosa y organizada, y lo más probable es que reaccione ante las deportacions masivas con grados de violencia nunca vistos, salvo que líderes de opinión, políticos, académicos y medios de comunicación, así como los respectivos gobiernos, asuman que el chivo expiatorio de hoy, el inmigrante, no reemplace al judío, el gitano o el disidente de ayer, con las consecuencias que todos conocemos.

viernes, 1 de mayo de 2009

1º de Mayo : diálogo o estallidos sociales

Millones de personas en el mundo se manifestaron hoy con motivo de la conmemoración del 1º de Mayo, fecha que recuerda a los mártires de Chicago y su legado de luchas en contra de las injusticias y por los derechos de quienes mantienen funcionando las economías de los países. Sin embargo, esta jornada tuvo algo de particular respecto de años anteriores en los cuales la fecha muchas veces servía como día de asueto, con la excepción de organizaciones más militantes.
En 2009, la coyuntura económica internacional destaca por un pesimismo generalizado que se traduce en cifras de desempleo no vistas desde hace décadas. Por la amenaza de una recesión de magnitudes y consecuencias insospechadas en un planeta interconectado, y donde a la falta de trabajo y expectativas se añade la sombra de una pandemia que mantiene en alerta a gobiernos y autoridades sanitarias.
Como contrapunto, tampoco en muchos años se había obsevado en América Latina gobiernos democráticamente electos con ampio apoyo popular, pese a que aún quienes han elegido a sus gobernantes no ven satisfechas sus expectativas en lo que a profundización de la democracia, equidad, igualdad se refiere. Tampoco fue usual la elección, en Estados Unidos de Norteamérica, del primer presidente negro, cuyas raíces genealógicas y acervo cultural se reparten en distintas culturas.
Todo lo anterior presagia que se vienen tiempos difíciles, hecho que puede ser aprovechado para avanzar en el sentido correcto o desviarse en tentaciones populistas que tan mal le han hecho a muestros países.
En Chile, ad portas de una elección a fines de año, la clase política en general no cuenta con la confianza del electorado, situación que sirve de plataforma a charlatanes de la política, aventureros y hambrientos de poder, quienes sustentan sus argumentos justamente en la desconfianza hacia las instituciones, volcando, algunos, su mirada a soluciones drásticas, golpes militares incluídos.
La crisis económica mundial no surgió desde el seno de los trabajadores y trabajadoras, sino de especuladores de la talla de Piñera, pero el empresariado nacional, mayoritariamente derechista, ve en ese candidato la solución a sus problemas, no a los del país ni menos de los trabajadores. Por su parte, lo que resta de izquierda en Chile, intenta aglutinarse tras un amplio paraguas de las más diversas tendencias, sin que su discurso penetre en las masas. Resta la Concertación y sus candidatos, quienes han llevado las riendas del país por casi 20 años, con logros en lo macroeconómico pero sin demostrar voluntad política para materializar los anhelos de muchos de sus ciudadanos. Los líderes concertacionistas y sus partidarios están más preocupados en mantener sus prebendas y privilegios que adherir a las demandas populares, lo cual podría traducirse en más votos nulos que lo acostumbrado, como una forma de castigar a una clase política insensible, sedienta de poder y antojadiza.
Quienes detentan el poder no tienen muchas alternativas para paliar de la mejor forma posible este escenario, pero algunas vías sí existen para evitar estallidos sociales, algunas de las cuales, forzosamente pasan por un amplio diálogo social, un reforzamiento de las organizaciones de asalariados y encuentros directos con el empresariado, quienes deben desistir de lo que denominan "flexibilización laboral", que no es otra cosa que el debilitamiento sindical y la protección social.